Dice el Diccionario panhispánico del español jurídico –una de esas joyas de la RAE– que la Ley de Instrucción Pública de 9 de septiembre de 1857, conocida como Ley Moyano pues fue impulsada por el ministro de Fomento Claudio Moyano Samaniego, es esencial en la historia educativa española. Se trataba del primer intento público por ordenar nuestra enseñanza.
Enseñanza
Lo demás es historia y todo el mundo lo sabe más o menos. Se estructuraban las enseñanzas en tres niveles: primera enseñanza, segunda enseñanza (luego llamada enseñanza media) y finalmente las enseñanzas superiores en facultades y escuelas superiores. Se mantuvo vigente en lo sustancial hasta la Ley General de Educación (LGE) de 4 de agosto de 1970, estabilidad y consenso que hoy nos parece prácticamente un milagro.
Lo menos conocido, pero no por ello menos importante, es su división territorial. Abordada en su sección IV, “Del gobierno y administración de la instrucción pública”. En el título II, “De la administración local”, en su capítulo I, artículo 259, divide el territorio español en tantos distritos como universidades había entonces: diez, la central estaba en Madrid y las nueve restantes eran Barcelona, Granada, Oviedo, Salamanca, Santiago, Sevilla, Valencia, Valladolid y Zaragoza.
Es importante resaltar que existían pues dos distritos administrativos diferentes para el Sur de España: el distrito de Granada, que comprendía las provincias de Granada, Almería, Jaén y Málaga, y el distrito de Sevilla, que comprendía las provincias de Sevilla, Badajoz, Cádiz, Islas Canarias, Córdoba y Huelva.
Es importante resaltar que existían pues dos distritos administrativos diferentes para el Sur de España: el distrito de Granada….. y el distrito de Sevilla
En resumen y para no aburrirles, en el capítulo II, “De la administración de los distritos universitarios”, se colocaba a la cabeza de cada uno de estos a un rector, que no solo era el jefe inmediato de la universidad respectiva, sino de todos los establecimientos de instrucción pública de su territorio.
Para los granadinos de entonces hubiera sido impensable que desde el distrito de Sevilla alguien hubiera controlado el distrito de Granada o el de Salamanca o el de Barcelona.
Comparen con la situación actual. Juzguen. ¿Con el tiempo Granada ha salido ganando o perdiendo?
