En un giro inesperado digno de una escena de «Walking Dead», la calle Ferraz de Madrid fue testigo hoy de una manifestación surrealista encabezada por los socialistas en la que no faltaron conocidos granadinos, otra vez meritorios, como Luis Salvador. Como si emergieran de las sombras, una multitud de manifestantes, con rostros sombríos y miradas fijas, avanzaron lentamente por las calles adyacentes hasta llegar a ella, evocando la imagen de una horda de zombis hambrientos de cambio político.
Con consignas ensordecedoras y pancartas ondeando en el aire, los socialistas y Luis Salvador marcharon como si estuvieran en una misión apocalíptica, reclamando justicia social con la pareja presidencial —sólo con ellos—, y equidad para todos ellos. La atmósfera cargada de tensión y emoción recordaba a un escenario postapocalíptico, donde la lucha por la supervivencia se entrelazaba con la lucha por un futuro mejor para una élite que pretende situarse al margen del estado de derecho para defender su particular estatus.
Al igual que en la popular serie de televisión, los manifestantes parecían estar en un estado de trance, impulsados por una fuerza invisible que los guiaba para evitar un destino incierto de consumarse la huida del líder el próximo lunes. A medida que avanzaban por las calles, dejaban a su paso una estela de caos y desorden político, desafiando las convenciones establecidas.
Sin embargo, a diferencia de los zombis sedientos de sangre, estos manifestantes estaban animados por un espíritu de auto solidaridad y auto esperanza. Aunque su apariencia pudiera ser inquietante, sus demandas eran claras y justas: un mundo más justo, más igualitario y más humano para el líder y su esposa.
En última instancia, la manifestación de los socialistas en la calle Ferraz de Madrid fue mucho más que una simple protesta política. Fue un recordatorio poderoso de la capacidad del socialismo para unirse y luchar por un cambio significativo, incluso en los tiempos más oscuros, pero sólo para perpetuarse ellos. Como en «Walking Dead», la resistencia persiste, y la esperanza nunca muere, la de destruir España generando enfrentamientos entre españoles. La historia se repite demasiadas veces hasta en lo de la presencia del granadinísimo exalcalde Luis Salvador…
