EL 29 DE OCTUBRE DE 2024, VALENCIA Y OTRAS ÁREAS DEL SURESTE DE ESPAÑA, COMO ALMERÍA Y MÁLAGA, SUFRIERON GRAVES INUNDACIONES CAUSADAS POR UNA INTENSA «GOTA FRÍA» O «DANA». ESTA INUSUAL TORMENTA DEJÓ UN SALDO TRÁGICO DE CENTENARES DE PERSONAS FALLECIDAS Y UN ALTO NÚMERO DE DESAPARECIDAS, CONVIRTIÉNDOSE EN UNO DE LOS DESASTRES NATURALES MÁS DEVASTADORES EN LA HISTORIA MODERNA DE ESPAÑA. LA MAGNITUD DE LAS PRECIPITACIONES SUPERÓ LAS CAPACIDADES DE DRENAJE DE MUCHAS ÁREAS URBANAS, AFECTANDO TANTO A INFRAESTRUCTURA COMO A VIVIENDAS Y PROVOCANDO LA EVACUACIÓN DE NUMEROSOS RESIDENTES DEBIDO A LAS CRECIDAS REPENTINAS Y VIOLENTAS DEL AGUA.
Las catástrofes causadas por efectos del agua precipitada en forma de tormentas, riadas y aluviones, como los terremotos y otros siniestros naturales, forman parte de la historia de un pueblo, de una ciudad y de una nación entera. Así podríamos ir progresando, diciendo que las catástrofes no se circunscriben históricamente a un territorio concreto, porque pueden afectar a continentes enteros e incluso a prácticamente el mundo entero ―como las pandemias o estallido de volcanes―.
Queremos dedicar en HG algunos artículos a estos fenómenos que han afectado a nuestra tierra. Con ello conoceremos un poco más de nuestra historia, esa que a veces olvidamos demasiado pronto, y como forma de solidarizarnos con la tragedia de sucedida en Levante y Castilla La Mancha.
Además del que a continuación sigue, y los próximos en días siguientes, que serán una exposición resumida de algunas, no todas, las inundaciones y riadas acaecidas en Granada, dedicaremos otro aparte al aluvión de 1973 que causó casi un centenar de muertos en la Rábita y centenares de damnificados. Comencemos con este resumen.
Ríos revoltosos
Granada debe gran parte de su fama universal a la abundancia de agua y a las riquezas ambientales de las que la misma la ha hecho tributaria. Si bien París, Londres o Roma por citar algunos ejemplos son famosas por sus grandísimos y majestuosos ríos además de por otros méritos.
Granada, puede decirse, que no lo es menos por los singularmente históricos Darro y Genil, lo que no deja de ser sorprendente dada la enorme diferencia de caudal entre dichas corrientes de agua, de modo que lo más sorprendente es que Granada posiblemente sea la única ciudad en el mundo que se identifica con unos ríos casi inexistentes si atendemos a los parámetros de su caudal. Ríos que podríamos calificar como “revoltosos”.
El peligro es debido tanto al Darro como al Genil, sin olvidar al Beiro,…. puede convertirse en enormes aluviones
Cierto es que la confluencia del Darro con el Genil presenta bastantes beneficios en orden al abastecimiento regular de agua a la ciudad y en otros muchos sentidos. Sin embargo ello implica también no pocos riesgos debidos a la frecuencia de inundaciones que como veremos, tantas veces han amenazado la seguridad de Granada y, muy especialmente, de sus barrios más bajos.
El peligro es debido tanto al Darro como al Genil ―sin olvidar al Beiro―, aunque el carácter frecuentemente torrencial de las lluvias que en esta tierra se dan, puede convertirse en enormes aluviones en las laderas mismas donde la ciudad alta se encuentra emplazada, siendo por ello por lo que históricamente en Granada, no son solo los ríos han sido los responsables de las muchas inundaciones acaecidas, sino también su emplazamiento que ha favorecido siempre la formación de violentos mantos de agua torrencial que, resbalando por las inclinadas laderas de los cerros en que se halla levantada la ciudad han causado a veces daños importantísimos.
Tormentas
Así, ninguna tormenta ha sido acaso tan desastrosa como la del día 28 de agosto de 1629 que acabó con buena parte de la parroquia de San Luis y sus parroquianos, causando numerosos destrozos, 31 muertos y 26 heridos, como relata la «Relación del admirable huracán y espantoso terremoto de agua y viento (que por secretos juicios de Dios Nuestro Señor) vino sobre la ciudad de Granada. En este año de 1629», conservada en la biblioteca de la Universidad de Granada.
O más recientemente en el tiempo, las abundantes lluvias de los meses de septiembre de 1949, diciembre de 1954, enero y febrero de 1955, diciembre de 1960, febrero de 1962 o febrero de 1977 que dieron como resultado grandes inundaciones y numerosos deslizamientos de tierra, favorecidos por la escasez de vegetación, dando lugar al hundimiento de muchas cuevas del populoso barrio del Sacromonte, del Barranco del Abogado y de la ribera del Beiro.
En 1960 los hundimientos causados afectaron a casi 50 cuevas de Puente Quebrada, por lo que más de 200 personas debieron de ser desalojadas de las mismas. Sin embargo fueron peores las de 1949, en donde se registraron algunas desgracias personales y acabaron con más de 70 viviendas de los barrancos del Negro, de los Naranjos y de Puente Quebrada, siendo afectadas más de 600 personas.
grandes inundaciones y numerosos deslizamientos de tierra, favorecidos por la escasez de vegetación, dando lugar al hundimiento de muchas cuevas del populoso barrio del Sacromonte, del Barranco del Abogado y de la ribera del Beiro
Aluviones y proyectos
Por lo que respecta a los ríos, no debemos pensar que el calmoso Genil siempre transita tan dócil por Granada, pues de vez en cuando aumenta su caudal de manera vertiginosa llevando un gran peligro a sus riberas causando importantísimos destrozos y víctimas en muchas ocasiones. Lo mismo cabe decir del río Beiro, aunque más de tarde en tarde lógicamente, que por causa de alguna tormenta también ha dejado las secuelas de sus crecidas en la ciudad, las cuales difícilmente podrá volver a repetir al haber materialmente desaparecido.
el calmoso Genil siempre transita tan dócil por Granada, pues de vez en cuando aumenta su caudal de manera vertiginosa llevando un gran peligro a sus riberas
Es el Darro, debido muy posiblemente a su paso encajonado por el centro de la ciudad y no de manera tangencial como lo hacen los otros dos ríos, a lo angosto de su cauce y a su gran cuenca hidrográfica, casi excesiva para un río de poco más de 20 kilómetros de longitud, el que ha producido los mayores destrozos en la ciudad en aquellos momentos en que sus crecidas se han hecho notar.
Los aluviones en su cabecera debido a las tormentas que suelen descargar en la hoya existente entre el Fargue y Huétor Santillán bajo el Parque Natural de Huétor han sido tales que incluso llegaron a proyectarse importantes obras de ingeniería que tenían por objeto desviar las avenidas trasvasando agua del cauce del Darro al del Genil.
El proyecto fue realizado por el ingeniero Luis de Rute a finales del siglo pasado, arrojando como resultado la extraña construcción inconclusa que hoy en día se conoce con el nombre de los Arquillos en la divisoria entre las cuencas de ambos ríos en el Cerro de los Saltillos ―así lo llamaba Seco de Lucena en su normal tendencia a cambiar algunos nombres granadinos―, o de los Altillos.
El Darro
Hagamos un poco más de historia sobre los calamitosos desbordamientos del Darro, pues sus crecidas, de las que ya se tiene noticia en la Alta edad media, han causado desde el año 835 gran cantidad de destrozos materiales en la ciudad y cientos de muertos.
Con una frecuencia media de 23 años, muy similar a la del Genil, las riadas más importantes, que se le recuerdan se remontan al siglo XIV, concretamente al año 1385 en el que también se desborda el Genil causando mucha catástrofe, pero sin que se conozcan más detalles.
las crecidas del Darro, de las que ya se tiene noticia en la Alta edad media, han causado desde el año 835 gran cantidad de destrozos materiales en la ciudad
Posteriormente se tiene constancia documental de la riada ocurrida en día 21 de junio de 1478 en que con ocasión de una fortísima tormenta, tanto en la ciudad como en la sierra, se produce el desbordamiento del Darro y también del Genil, principalmente del primero, que arrancó árboles que cegó el puente qantara al-Hachammin, originando el desbordamiento del agua, que arrasó el Zacatín y la Alcaicería produciendo grandes pérdidas económicas y numerosas muertos. Incluso el Rey Abul Hassan, conocido como Muley Hacen, hubo de suspender una parada militar que llevaba celebrando desde varios días antes, debido a la catastrófica tormenta que comenzando a las 12 de la mañana descargó durante más de cuatro horas.
Más tormentas
Se sabe de otras muchas tormentas y crecidas del Darro durante el siglo XVI, pero habrá que esperar hasta el año 1600, más concretamente al día 6 de marzo, en el que como consecuencia de un temporal de lluvias comienza una crecida del río Darro el día antes, el 5 de marzo, que socava la base de la Sabika Alhambra, que da lugar al desprendimiento de lo que hoy se conoce con el nombre de Tajo de San Pedro, lugar este en el que el río hacía un pronunciado recodo y que se encontraba, se decía, algo debilitado por la explosión de un polvorín a comienzos del siglo anterior.
A los pocos años, el día 21 de septiembre de 1614, la crecida del Darro tuvo como causa una tormenta que descargó entre el Fargue y Huétor Santillán. Por las noticias que se tienen el frente de la avenida debió ser muy importante, ya que arrasó todos los molinos que había en la ciudad.
una importantísima crecida del Darro, que arrasó la Plaza Nueva el Zacatín y llegó a entrar en la Catedral
Nuevamente al poco tiempo, por causa de una fortísima tormenta de finales del verano, el día 28 de agosto de 1629, se produjo una importantísima crecida del Darro, que arrasó la Plaza Nueva el Zacatín y llegó a entrar en la Catedral. Otras zonas de la ciudad también se inundaron por las vertientes de los barrancos de la Alhambra, hundiéndose total o parcialmente 54 casas y produciéndose la desaparición de varias personas con la avenida; en aquella ocasión el río Beiro también se desbordó y produjo hundimientos y muertes. Las inundaciones y los hundimientos se extendieron al Albaicín y la Cartuja, y los muertos en total fueron más de un centenar.
Suma y sigue
Por su parte, en este siglo XVII, el Genil provocó una de las riadas más grandes que del mismo se recuerdan; fue en el año 1684 y en aquella ocasión la fuerza del agua fue tal que prácticamente arrasó por completo el Puente Genil y la cercana Plaza del Humilladero, que hubieron de ser reconstruidos casi íntegramente, concluyendo las obras cinco años más tarde, en 1689.
En recuerdo de aquella tremenda riada que provocó tan calamitosos resultados y numerosas víctimas en los pueblos y alquerías de la Vega, quedan dos lápidas, bellísimas, una en castellano y otra en latín, situadas bajo los leoncillos de entrada al Puente Genil, en las que se da testimonio de la inundación y de la reconstrucción del puente y la plaza siendo Corregidor D. Alonso Duque de Albornoz y Sotomayor, caballero de la Real Orden de Alcántara y Conde de Torre Palma.
en recuerdo de aquella tremenda riada que provocó tan calamitosos resultados y numerosas víctimas en los pueblos y alquerías de la Vega, quedan dos lápidas, bellísimas
En el siglo XVIII, se constatan también importantísimas avenidas de agua algunas de las cuales produjeron gran avalancha de barro y piedras, que anegaron con gran destrozo la zona del Zacatín, el barrio de San Antón y Recogidas, pero no se sabe de la existencia de gravísimas catástrofes como algunas de las anteriores, aunque el Darro siguió haciendo sus fechorías…
(Continuará).
2 respuestas
Quiero hacer una aclaración al relato hecho sobre las diferentes tormenta, inundaciones, riadas etc, acaecidas en Granada a lo largo de los años
La tormenta e inundación que provocó la destrucción y muerte de numerosas víctimas en La Rábita, se produjo la noche del 18 al 19 de octubre del 1973.
Le agradecemos su puntualización sobre las inundaciones de La Rábita, que ya hemos corregido en nuestra publicación.
Deseamos que nuestros contenidos sean de su agrado.
Saludos cordiales.