Dada la importancia de la Vega de Granada como zona agrícola, y su valor natural y cultural, se han levantado diversas críticas en torno a la conveniencia de llevar a cabo este proyecto en estos terrenos.
Introducción
El proyecto de instalación de la Macroplanta Fotovoltaica en ATARFE I, II y III. ENCE (Energía y Celulosa), ha generado un amplio debate sobre sus implicaciones medioambientales y su impacto en los terrenos agrícolas de la Vega de Granada. Este proyecto, promovido por Magnon Green Energy, S.L., incluye la construcción de tres plantas fotovoltaicas, una subestación colectora 30/220 kV y línea de evacuación de alta tensión 220 kV que afectarían a municipios como Vegas del Genil, Santa Fe, Pinos Puente, Atarfe y Las Gabias. Dada la importancia de la Vega de Granada como zona agrícola, y su valor natural y cultural, se han levantado diversas críticas en torno a la conveniencia de llevar a cabo este proyecto en estos terrenos.
Las infraestructuras propuestas no solo afectarán a las propiedades directamente impactadas por la expropiación, sino que también tendrán repercusiones más amplias sobre el medio ambiente, la agricultura y las comunidades locales. Se argumenta que estos proyectos, lejos de promover una transición energética sostenible, contribuyen a la degradación del suelo y a la pérdida de biodiversidad, comprometiendo el futuro de la región.
estos proyectos, lejos de promover una transición energética sostenible, contribuyen a la degradación del suelo y a la pérdida de biodiversidad, comprometiendo el futuro de la región.
La cuestión de fondo no se trata de una oposición a un mix energético que favorezca el desarrollo de energías renovables, sino de cuestionar dónde y cómo se implementan dichas infraestructuras, y si realmente se respeta el medio ambiente en cada caso. Es fundamental seleccionar ubicaciones adecuadas para estas instalaciones, asegurándose de que los proyectos no comprometan ecosistemas sensibles, tierras agrícolas de alto valor o paisajes protegidos. El verdadero desafío es armonizar el crecimiento de las renovables con una gestión responsable del territorio, donde se minimicen los impactos negativos sobre el entorno natural y social.
1. Impacto medioambiental y biodiversidad
La instalación de una planta fotovoltaica de estas dimensiones en la Vega supone una amenaza considerable para la biodiversidad local. Las plantas solares pueden alterar significativamente los hábitats naturales, afectando tanto a la flora como a la fauna. En especial, se ha señalado que la instalación de los paneles solares y de las infraestructuras de alta tensión puede causar la fragmentación de hábitats, interrumpiendo los movimientos de la fauna, especialmente de especies protegidas.
La afectación a estas zonas protegidas va en contra de los esfuerzos para conservar la biodiversidad y el patrimonio natural de la región.
Organizaciones como Ecologistas en Acción, Somos Vega, Somos Tierra y AUCA Santa Fe han alertado sobre el riesgo que este tipo de proyectos supone para áreas de gran valor natural como la Zona Especial de Conservación La Malahá, parte de la Red Natura 2000, y el Parque Periurbano Dehesa de Santa Fe, perteneciente a la Red de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía (RENPA). La afectación a estas zonas protegidas va en contra de los esfuerzos para conservar la biodiversidad y el patrimonio natural de la región.
2. Efecto en la dinámica del agua y escorrentías
Uno de los problemas más graves asociados con la instalación de plantas fotovoltaicas es su impacto en la dinámica del agua. La construcción de estas infraestructuras altera la permeabilidad del suelo, aumentando las escorrentías, aumentando la erosión, generando problemas como la sedimentación en riachuelos, canales y ríos y reduciendo la infiltración de agua. Esto provoca la pérdida de humedad en el suelo, lo que afecta negativamente a los cultivos y la vegetación circundante.
la construcción de estas infraestructuras altera la permeabilidad del suelo, aumentando las escorrentías, aumentando la erosión….
Además, se ha observado que los paneles solares pueden modificar esos patrones de retención de agua en el suelo, provocando la bajada del nivel freático, lo que a su vez afecta a los recursos hídricos disponibles para la agricultura. En zonas como la Vega, donde la agricultura depende en gran medida del riego y de la disponibilidad de agua subterránea.
Estos cambios en la dinámica del agua pueden tener efectos devastadores sobre la fertilidad del suelo. La Vega de Granada, conocida por sus suelos ricos y fértiles, depende en gran medida de un ciclo hidrológico bien equilibrado. Las plantas fotovoltaicas, al impedir la absorción adecuada de agua en el suelo, van a deteriorar la productividad agrícola, favoreciendo la salinización del suelo y fases de desertificación a corto y medio plazo.
las plantas fotovoltaicas, al impedir la absorción adecuada de agua en el suelo, van a deteriorar la productividad agrícola, favoreciendo la salinización del suelo y fases de desertificación a corto y medio plazo.
3. Fragmentación del proyecto y su impacto acumulativo
El proyecto ENCE ATARFE ha sido fragmentado en tres plantas fotovoltaicas de menos de 50 MW cada una. Esta fragmentación es una táctica utilizada por las empresas energéticas para evitar la evaluación ambiental acumulativa, lo que oculta el verdadero impacto del proyecto. Si bien cada planta parece tener un impacto limitado cuando se evalúa de manera individual, el efecto acumulado de las tres plantas en conjunto es mucho mayor. Esto genera un impacto acumulativo que afecta no solo a los terrenos directamente impactados, sino a todo el ecosistema de la Vega de Granada.
Este tipo de fragmentación también evita que el proyecto sea evaluado con las normativas más estrictas que se aplican a las plantas de mayor capacidad, lo que representa un riesgo para la transparencia en la planificación energética y la protección ambiental.
Hay que redefinir el interés general, estudiando a fondo la utilidad general, para evitar atropellos contra el verdadero interés público.
4. Afectación al suelo agrícola
La expropiación de terrenos agrícolas de alto valor en la Vega es uno de los puntos más polémicos del proyecto. Las tierras agrícolas que se verán afectadas por las plantas fotovoltaicas son de gran importancia para la producción agrícola local, lo que generará una pérdida irreparable de suelos fértiles. Estas tierras, catalogadas como suelos de «enorme valor agronómico», son esenciales para la sostenibilidad agrícola de la región. Al ser transformadas en espacios para módulos fotovoltaicos, la capacidad de la Vega para producir alimentos se verá gravemente comprometida.
la agricultura familiar y los pequeños agricultores se ven desplazados por grandes empresas energéticas que priorizan los beneficios sobre la conservación del territorio.
Los efectos sobre el patrimonio agrícola no solo se limitan a la pérdida de suelo, sino que también afectan a la estructura social de la región. La agricultura familiar y los pequeños agricultores, que durante generaciones han gestionado y protegido estas tierras, se ven desplazados por grandes empresas energéticas que priorizan los beneficios sobre la conservación del territorio.
5. Calentamiento del suelo y alteración del microclima
Otro efecto importante de las plantas fotovoltaicas es el calentamiento del suelo y la alteración del microclima local. Los paneles solares, al cubrir grandes extensiones de terreno, modifican la temperatura diurna y nocturna del suelo. Mientras que durante el día los paneles pueden reducir la temperatura en la superficie, durante la noche se produce un aumento de la temperatura en la zona, lo que afecta negativamente a la vegetación.
Este fenómeno puede tener efectos especialmente perjudiciales en tierras agrícolas, donde las condiciones climáticas y la calidad del suelo son factores clave para la producción agrícola.
A largo plazo, este cambio en el microclima puede llevar a la desertificación de la región y a la pérdida de su capacidad productiva.
6. Compatibilidad con infraestructuras existentes.
Se produce, además, una situación de alta saturación de proyectos similares en la zona, como son Las Gabias I (117 ha.), Cortijo Blanco (75 ha.), y Crisadar (82 ha.).
El tendido eléctrico previsto limita claramente el uso futuro de terrenos. Este proyecto restringe claramente el desarrollo económico y el aprovechamiento del terreno, afectando su valor. Una torre de 220 kV, para evitar descargas debe tener una Del mínima de 1,7m y una Dpp de 2 m. Se pierde en su trazado, debido a la línea aérea, con la distancia de aislamiento eléctrico, desde el cableado, para evitar descargas, 3,3 + 1,7 (por tener hasta 245 kV) un total de 5 m.
Todo ello, además del perjuicio de la altura de la torre, las ondas electromagnéticas y el ruido que produce, sobre todo en condiciones de humedad y lluvia. Así, en el entorno de los nuevos trazados, se hace imposible cualquier construcción y entra en incompatibilidad con usos industriales, maquinaria y aparatos electrónicos.
Es curioso y contradictorio que la provincia solamente tenga una línea transversal de transporte de 400 kV, lo que retrasa el desarrollo, y sin embargo se permita con facilidad una línea de 220 kV atravesando campos, alamedas y construcciones. Falta absoluta de estrategia energética y de visión acerca del desarrollo real.
7. Precedentes de paralización de proyectos
La oposición a proyectos fotovoltaicos no es nueva. Existen precedentes de paralización de proyectos similares debido a su impacto ambiental y social.
En 2022, la planta fotovoltaica Núñez de Balboa, la más grande de Europa, fue desmantelada por orden judicial debido a los graves daños que causaba a la biodiversidad y a los suelos agrícolas. Este caso demuestra que la resistencia a estos proyectos tiene una base legítima, y que, en muchos casos, se pueden detener por razones medioambientales y técnicas.
8. Apoyo de colectivos y asociaciones
La oposición a la macro planta fotovoltaica ENCE ATARFE está respaldada por numerosos colectivos y asociaciones que trabajan en defensa del medio ambiente y el patrimonio agrícola.
Grupos como Ecologistas en Acción y la Plataforma en Defensa de la Vega han mostrado su rechazo al proyecto, argumentando que el desarrollo de energías renovables no puede realizarse a costa del medio ambiente ni del patrimonio agrícola.
Estos colectivos han presentado estudios que muestran los graves impactos que este proyecto tendrá sobre la Vega, y han movilizado a la sociedad civil para que se oponga a la implementación de estas infraestructuras.
2 respuestas
Excelente artículo que expone la crudeza de la realidad de las renovables instaladas sin un una ordenación en el territorio.
Hasta cuando la Junta permitirá tanta concentración en la misma provincia de Granada? En gran parte es ella responsable de estos desmanes.
Hasta cuando la sociedad civil estará sin alzar su voz para revertir todas estas instalaciones en zonas productivas ?
Es que hay alguien que piense que La Vega es el sitio ideal para poner fotovoltaicas? Es que no hay otras zonas baldías?
Toda la razón en este artículo.
Señala temas de gran importancia para nuestros suelos, paisajes y demás factores.
Creo que el apoyo de colectivos en oposición a estos macro proyectos debe ser más intensa y la población debería ir concienciándose que quedarse callados no es la solución.
Todo mi apoyo esas iniciativas de oposición, a Horizonte Garnata por exponer estos temas y al autor.