Parece que la sangre de muchos de nuestros jóvenes porta cera e incienso mezclado en el plasma con las plaquetas, glóbulos rojos y blancos, fibrinógeno… Porque, no es cuestión estacional, como podría pensarse, sino que viven la Semana de Pasión durante todo el año, no sólo ahora.Mario Girón, es Graduado en Derecho, hace el máster de la Abogacía en una Universidad de Cataluña y comenzará en breve otro de Derecho Deportivo que patrocina el Real Madrid, conduce un programa cultural en la radio local, escribe, principalmente sobre temas de Granada y cofrades. Vive con entusiasmo las actividades organizadas por las cofradías, no solo de Granada, a lo largo del año y participa en ellas.
PREGUNTAS
P. ¿Eres tan cofrade como pareces?
R. Sin duda más de lo que parezco. Puedo disfrutar horas, días y semanas enteras hablando con mis más allegados sobre nuestras hermandades y empapándonos de lo bueno que hay fuera y de todo lo bueno que hay en esta o lo que hay por corregir aquí en mi tierra, en Granada.
A modo irónico, muchas veces cuando estoy con alguien que le gusta “menos” esto o directamente no le atrae, intento que no se prolongue mucho la conversación para que la otra persona se incluya en esta, aunque el ser cofrade es una cosa que va en la sangre, en el veneno interno del nazareno en filas o del propio costalero. Y no hay nada más bonito que hablar del regalo que nos hace el Señor y nuestra Madre cada primavera.
Recalco, creo que ni aquellos que más me conocen saben hasta donde puede llegar esta bendita locura con la que creo que nací. Podría decir que es la verdadera pasión de mi vida.
P. ¿Por qué lo eres? ¿De dónde te viene?
R. Aquí tengo que mencionar en primer lugar a mi padre. Él fue el que desde pequeño me inculcó dos imágenes que siempre estarán clavadas en mi corazón: Nuestro Sagrado Protector (El Santísimo Cristo de San Agustín) y Nuestro Padre Jesús Nazareno.
En lo más profundo de mi memoria aún tengo el recuerdo de acompañar a mi padre vestido de nazareno el Miércoles Santo o aquellas noches interminables que me quedaba dormido, mientras mis padres reían y disfrutaban junto a todos sus hermanos en la casa de hermandad de la ya mencionada hermandad del Miércoles Santo.
En segundo lugar a mi madre, pero no por ese “veneno” tan profundo como el de mi padre, sino por el amparo que una madre otorga. Clavadas en mi memoria están aquellas noches de Lunes o Miércoles Santo en las que mi madre nos llevaba a mi hermana y a mí prácticamente en el carrito y nos hacía nuestros bocadillitos -también mi abuela Conchita-, para que no se nos hiciese tan larga la estación de penitencia. Son cosas que sólo una madre es capaz de hacer por sus hijos. Decir que incluso a día de hoy se preocupa por si tengo el costal planchado, la faja en su sitio y toda la indumentaria e incluso viene a algún relevo a verme, repito, son cosas que sólo hace una madre.
En tercer lugar a mi tío Mario. De ahí mi nombre. Una de esas personas que como mi padre o nuestro querido Curro Andrés, pelearon mucho por una Semana Santa que se hallaba perdida por esos años 70 u 80. Personas muy queridas de esta Semana Santa e icónicas por su nombre, conforme me han ido conociendo han mencionado que pocas personas le hablaban con tanta pasión de esta desde mi tío Mario, al cual desgraciadamente ojalá hubiese podido conocer.
Por lo tanto creo que el amor a la Semana Santa me lo da mi padre; el veneno por esta, mi nombre, un regalo divino por parte de mi tío; y sin duda alguna, también, el cariño y la preocupación de mi madre para que siga siendo cofrade. Mencionar a mi querida abuela “Conchita”, que será la primera Semana Santa que no me acompañe y estará presente en cada chicotá que haga este año. Ella es el auténtico crisol del alma cofrade de todos los miembros de mi familia [se emociona cuando dice esta palabras].
P. ¿Eres cofrade, como eres socio y seguidor del Granada CF, por ejemplo?
R. Rotundamente no. El Granada es una pasión muy fuerte arraigada en mí, pero una locura desvivida. Al igual que digo que un jugador no puede estar por encima del club, como buen “futbolero” que soy, un equipo de fútbol jamás estará por encima del Señor o de la Virgen María en la que tanto creo. Mi “locura cofrade” trasciende al amor que tengo por el fútbol.
P. ¿La Semana Santa es una manifestación cultural o es algo más?
R. Es una mezcla de ambas en mi opinión. Yo lo he dicho abiertamente en los medios más de una vez que lo que es la semana en sí la concibo en muchos momentos por tradición.
Pero el esfuerzo en las trabajaderas de aprender a sufrir con tu mejor amigo e incluso un desconocido, o las largas noches de montaje en una priostía como he conocido en hermandades tan queridas por mí, como en la Cañilla o Despojado no las mueve sólo una tradición. La devoción no está todo el año, sino toda la vida, por el contrario la tradición se ancla en nuestra memoria, pero no está siempre presente.
Hay algo más, sin duda creo que sin la devoción esta no existiría y sin la tradición probablemente sí, demostrado quedó en como la gente se volcó en los templos en esa extraña Semana Santa de 2021, pero creo que la tradición es un punto fuerte de esta.
P. ¿Qué tiene la Semana Santa granadina de especial, que no tengan otras?
R. Se me salta hasta una sonrisa al responder esta pregunta. Lo especial de la Semana Santa de Granada simplemente es eso: Granada.
No somos conscientes de la belleza y la inspiración artística que levanta nuestra ciudad. Rincones como la Carrera del Darro o el Paseo de los Tristes, el barrio de mi familia, un Jueves Santo y en La Madrugá con el Cristo de La Misericordia. Esa imponente plaza de las Pasiegas, el desvivir cofrade del Realejo, un Lunes Santo en la calle San Antón o en la calle Polinario y vivir el choque más absoluto entre dos hermandades. Granada en sí cumple toda la palestra de colores habidos y por haber.
Granada es especial porque es la ciudad más bonita del mundo y no tengo ninguna duda de lo que estoy diciendo ahora mismo. Más que destacable nuestra imaginería, pues el barroco granadino es inigualable. Pero contestando de forma clara y concisa a la pregunta, a Granada hay algo que nunca le podrán copiar: su belleza, aunque muchos se hayan encargado de intentar quitársela y aún así no lo han conseguido.
P. ¿Qué ha perdido la Semana Santa granadina y qué debería recuperar?
R. Creo que ha podido perder algo de esencia y de ganas de pelear por lo nuestro, pero ya no sólo en este mundillo en sí, sino el granadino como ciudadano.
Algo que no perdono es que se le ha intentado robar el “sabor” al barrio del Sacromonte el Miércoles Santo o que a veces no sabemos valorar hermandades como nuestra Decana que reside en la calle San Juan de los Reyes. Incluso mucha fuga hacia Sevilla a lo largo de la Semana Santa, pero luego en los bares o en petit comité sí nos damos muchos golpes de pecho de que la Semana Santa granadina se halla algo estancada.
Deberíamos de recuperar, sin duda alguna, algo del sabor y la esencia de nuestra ciudad y criticar a quien pueda criticar, no admito críticas de aquellos que no se dignan ni a ver nuestras hermandades en la calle al menos uno o dos días a la semana.
P. ¿No crees que hay mucho sevillanismo y mucho sevillaneo en nuestra Semana Mayor?
R. Sí. Creo que hay un sevillanismo mal copiado por parte de algunos y algunas hermandades, no voy a entrar en detalles, pues ellos mismos deberían de saber a quién me refiero y si no será que son un poco ilusos. Pero por otra parte, creo que de todos lados se debe de coger lo bueno, como el otro día hablaba en la radio con un querido capataz mío. Que me señalaba que tras muchos viajes a Sevilla, él ha intentado medir qué es lo bueno que hay allí y qué no. Y por lo tanto, traerse lo bueno de allí y creo que a día de hoy le va bastante bien por la conciencia que tiene de ello.
Creo, también, que deberíamos de traer, de una Semana Santa que está un escalón por encima, lo bueno y no lo malo, como ha pasado en algunas de nuestras hermandades. Recalco también que, como granadino, deberíamos de mirar más a otras tradiciones que estamos desvirtuando más de la cuenta como pueden ser tanto el Día de la Cruz como el Corpus Christi, por lo tanto, no nos perdamos en el camino.
P. ¿Un deseo para esta Semana Santa que iniciamos?
R. Que se me haga larga y no tan corta como esta cuaresma que sin duda hasta la fecha de hoy ha sido la mejor de mi vida. Tras una época bastante mala creo que me merecía esto como persona.
Pido en primer lugar, disfrutarla muchísimo, rodeado de los que me quieren y que el tiempo nos respete.
Y cómo no, poder reír, y llorar, o lo que sea, pero siempre cerca de mis titulares. Así que espero que todo el mundo disfrute de esta, pues la vida son estos pequeños momentos que nos regalan instantes tan bonitos como nuestra querida Semana Santa. Le ruego al Señor y a la Virgen María que os acompañe a todos los que leéis estas palabras a lo largo de esta preciosa semana y a lo largo de vuestras vidas.
Con Mario Girón, otros jóvenes cofrades antes de sacar la Custodia del Corpus.