GRANADA SÍ PAGA TRAIDORES

¿LA DESIGNACIÓN DE JOSÉ ANTONIO RODRÍGUEZ SALAS DE NUEVO COMO REPRESENTANTE DE GRANADA EN EL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS ES UNA TRAICIÓN?

CELSO COSTA

Abogado

De Traidores

Los adagios son breves sentencias que encierran la sabiduría popular. Transmiten enseñanzas universales y brindan consejos. A través de ellos se aprenden lecciones valiosas para aplicarlas a la vida diaria. Uno de los más usuales es “Roma no paga traidores». La frase –en latín, «Roma traditoribus non praemiat»–, que hoy día se usa como advertencia a quien pueda albergar intenciones de cometer una traición de que no va a obtener recompensa por ello, proviene de una tradición popular de origen incierto. Según ésta, la pronunció el procónsul Quinto Servilio Cepión en el año 139 a.C. cuando tres hispanos –Audax, Ditalcos y Minuros– intentaron cobrar la recompensa que el romano les había prometido si asesinaban a su jefe, el caudillo lusitano Viriato. Sin embargo, no aparece en las fuentes clásicas, aunque el hecho histórico sí fue narrado por algunos cronistas romanos, como Diodoro, Orosio y Apiano. 

Quizá por ello, por no tener un origen claro, no se considere un apotegma, pero sí un aforismo de amplio espectro histórico que trasciende los siglos. Como adagio ha sido utilizado a lo largo de los siglos como un recordatorio de la importancia de la lealtad y la integridad y, como máxima, ha trascendido en el tiempo, convirtiéndose en un símbolo de la sociedad romana y una lección eterna para todos nosotros.

Encuentra su origen en la antigua Roma, un imperio poderoso que se basaba en principios sólidos y en una jerarquía bien establecida. En ese contexto, la traición era considerada un crimen grave, capaz de socavar la estabilidad y la confianza en la sociedad romana, por lo que la expresión «Roma no paga traidores» se convirtió en un lema que recordaba a todos los ciudadanos la importancia de la lealtad hacia su patria y hacia sus compatriotas.

Aunque los tiempos han cambiado y Roma ya no es el epicentro de un vasto imperio, esta máxima es relevante en la actualidad. Nos recuerda que la lealtad y la integridad siguen siendo valores fundamentales que deben ser preservados en cualquier sociedad. La traición, sea en el ámbito personal o profesional, debe ser —y así lo es en cualquier contexto que no sea Granada—, considerada una violación de la confianza y puede tener consecuencias devastadoras.

Nos recuerda que la lealtad y la integridad siguen siendo valores fundamentales que deben ser preservados en cualquier sociedad

«Roma no paga traidores» sigue recordándonos que nuestras acciones tienen repercusiones y que debemos ser conscientes de los valores que defendemos. La lealtad y la integridad son pilares fundamentales para construir relaciones sólidas y una sociedad justa, para mantener la cohesión social y construir un futuro común firme. Como ciudadanos del mundo, es nuestra responsabilidad recordar esta lección histórica y aplicarla en nuestras acciones diarias.

Pero, como dice otro aforismo, desde luego más local y presente, “Granada es diferente”, nos lleva a concluir lamentablemente que la máxima romana en favor de la lealtad y la integridad no se aplica aquí, al menos en el ámbito del PSOE. Lo digo por la triste realidad que ha supuesto ver cómo la organización beneficia a quien ha sido artífice y cómplice de uno de los mayores despropósitos y latrocinios hechos a nuestra tierra. Que José Antonio Rodríguez Salas, alias “el Niño de Jun”, vuelva a ser designado, tras su participación en el saqueo a Granada que ha supuesto la privación de la sede física de la Agencia Española de Supervisión de la Inteligencia Artificial (AESIA) por el Gobierno de

España, para ser representante por nuestra provincia en el Congreso de los Diputados, es incalificable y totalmente inexplicable en cualquier otro lugar que no sea Granada. Debemos recordar que fue José Antonio Rodríguez Salas el congresista designado para impulsar la inmediata implantación en La Coruña de la AESIA tras la expromisión y el despojo de Granada.

Y es que en Granada no rige el viejo aforismo romano, sino otro particular adagio más dañino y perverso: “Granada sí paga traidores”.

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Celso Costa

Celso Costa, Abogado granadino que trabajó para Putnam & Asociated LLP y que actualmente vive en Nuevo Madrid (Misuri). Sigue a distancia el juanmanismo, muy preocupado por su crecimiento

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