El viejo barrio granadino, que hunde sus raíces históricas hasta la época prerromana, alberga desde el pasado mes de enero una nueva manifestación cultural de la civilización oriental. Se trata de la presencia institucional de la Iglesia ortodoxa rusa, que realizará su culto y su particular rito en el templo de San Bartolomé, la importantísima iglesia obra del maestro Juan Alonso que se haya enclavada en el corazón del alto Albaicín, que se levanta en el lugar donde estuvo ubicada la mezquita Al-Burriana.
El templo cristiano católico ha permanecido prácticamente cerrado desde 1967 por falta de feligreses. Aunque no han faltado momentos posteriores en que se abriera al culto por voluntad del cura del Salvador, a cuya colación fue agregada—, abre ahora sus puertas para dar cabida al culto ortodoxo ruso. Ello supondrá a buen seguro un enriquecimiento del acervo cultural y patrimonial del barrio y, pensamos, que una apuesta por su conservación.
Dos iglesias hermanas
Después de tres siglos de persecuciones la religión cristiana fue reconocida por el emperador Constantino y legalizada formalmente por el Edicto de Milán en el año 313 d.C. Unos pocos años antes, otro emperador, Diocleciano, había dividido el Imperio Romano en dos partes, el imperio oriental con metrópoli capital en Constantinopla, y el occidental con centralidad en Roma.
La Iglesia Ortodoxa es una Iglesia cristiana que guarda gran similitud con la Iglesia cristiana católica romana, que se separaron en 1054. La división se tradujo también, en dos concepciones del cristianismo y de la propia Iglesia de Cristo. Mientras occidente defendía la autoridad del Papa, la de oriente reivindicaba el papel de los patriarcas y la pentarquía.
Nota: la fotografia corresponde a la decoración interior de la iglesia de Stavropoleos en Bucarest (Rumanía)