LAS AFIRMACIONES DE PACO SECO DE LUCENA, HECHAS HACE MÁS DE UN SIGLO, COBRAN VIGENCIA NUEVAMENTE ANTE LOS RESULTADOS CONTRARIOS PARA GRANADA POR CULPA DE LOS POLÍTICOS CUNEROS QUE SUFRIMOS
PILAR BENSUSAN
Catedrático
Ya en 1898 decía Seco de Lucena que…
“La verdadera causa de nuestra decadencia sólo debe ser atribuida a la falta de amor al país nativo y a las cosas de la tierra […] La centralización ha matado las energías regionales […] Los grandes males del centralismo son […] los diputados cuneros, que no encuentran en el mapa sus distritos”.
Y es que los advenedizos políticos, los diputados cuneros, han hecho mucho daño a Granada, pero también muchos otros, oriundos de nuestra tierra, que han primado sus intereses partidistas por encima de los de Granada y de los granadinos que les eligieron diputados, parlamentarios o alcaldes.
Precisamente un político no cunero, el motrileño Javier de Burgos, buen conocedor de la idiosincrasia granadina, fue sin embargo un vehemente opositor a ésta, y, cuando ideó su división administrativa —que realmente recogió de otros reformadores anteriores—, propuso a la regente María Cristina la separación de la región granadina en varias provincias, al considerarla un desafío para los ideales afrancesados que él profesaba.
Y es que, hasta que en 1833, con su desafortunada división, Burgos y María Cristina acabaran con el centenario Reino de Granada, los documentos oficiales diferenciaban entre Granada y Andalucía, en la Administración militar, judicial, universitaria, eclesiástica…
Javier de Burgos, buen conocedor de la idiosincrasia granadina, fue sin embargo un vehemente opositor a ésta, y, cuando ideó su división administrativa.
El origen remoto de Granada como centro territorial se encuentra en el Reino nazarí, pero en 1492 los Reyes Católicos instauraron el Reino de Granada, que perduraría hasta ese triste 1833, y hoy sólo subsiste en el escudo de la bandera de España, aunque tengamos el mismo derecho que Aragón o Castilla a una autonomía. Y aún así, la reforma operada duró poco. No llegó a tener plasmación política y en realidad, se siguió circunscribiendo la centralidad del territorio del oriente del sur de España, a Granada y su antiguo reino. Es más, con adición de la provincia de Jaén, por la regulación de Patricio de la Escosura, en 1847.
La disfuncionalidad de muchas de las actuales autonomías está en que no se ha respetado la tradicional división española en reinos, optándose por una división caprichosa, artificial e inventada, fundamentada en intereses políticos y partidistas, y que, tras más de 40 años, ha demostrado ser fallida y obsoleta, siendo necesaria una urgente revisión de esta estrafalaria división territorial impuesta en 1978.
La identidad regional de Granada sobrepasa el mero hecho histórico, llegando hasta la actualidad, siendo la historia del Reino de Granada paralela y distinta a la de Andalucía, y ya ha llegado el momento de que los granadinos avalemos sin complejos nuestra propia identidad histórica.
Las palabras de Paco Seco de Lucena cobran inusitada actualidad, demostrando el abandono endémico de Granada. Nada ha cambiado, seguimos postrados en el olvido del centralismo otrora madrileño, ahora sevillano.
La identidad regional de Granada sobrepasa el mero hecho histórico, llegando hasta la actualidad
Despojados de todos nuestros derechos históricos, tenemos legitimidad para reivindicar nuestro pasado, pero también un presente y futuro mejor para los granadinos, máxime tras la constatada inoperancia de Andalucía y de nuestros políticos cuneros y no cuneros.