Tal día como hoy, 29 de julio, pero de 1934, fallecía en Granada la filántropa Bertha Wihelmi, benefactora de los desfavorecidos y los enfermos, destacada representante de la Institución Libre de Enseñanza en nuestra tierra. Una figura de relieve nacional, a la que no damos la importancia que merece, una mujer que nunca se ciñó al rol de madre y esposa que se imponía en su época: directora de la fábrica de papel de Pinos Genil, organizadora de las primeras colonias escolares granadinas en Almuñécar, de la escuela mixta y biblioteca de Pinos Genil, así como creadora del sanatorio de la Alfaguara, entre otros muchos méritos.
Bertha Wihelmi
Si bien Bertha Wihelmi nació en Alemania en 1858, sus padres, industriales fabricantes de papel, se afincaron en Granada cuando ella tenía doce años. Dieron a su hija una educación laica y liberal. En 1896 fue declarada heredera y directora de la fábrica familiar de papel.
Se casó dos veces. Al parecer era una mujer progresista que no cuadraba con aquella España. De su primer marido tuvo dos hijos, Luis y Berta.
Se implicó en la educación primaria, en la sanidad y en la defensa de la igualdad entre hombres y mujeres. En la primera aportó sus ideas: que niños y niñas recibieran la misma educación, así como la importancia del juego, el ejercicio físico y la naturaleza en el desarrollo.
En 1889 la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Granada premió su memoria sobre las colonias escolares de vacaciones y le encargó la organización de la primera que se llevó a cabo (además mixta) y que tuvo lugar en Almuñécar, que pretendía mejorar las condiciones de salud de los niños desfavorecidos.
En el Congreso Pedagógico Hispano-Portugués-Americano de Madrid de 1892 defendió la aptitud de la mujer para todas las profesiones. Algo conseguido hoy, pero entonces revolucionario.
En 1913 creó una escuela (también mixta) y una biblioteca en Pinos Genil a sus expensas. Si bien las relaciones con el pueblo fueron positivas, varias veces se cerraron ambas debido a que la sociedad de entonces consideraba un “peligro” la convivencia de niños y niñas.
En cuanto a su papel en la Sanidad, a partir de 1919 se volcó en el tratamiento de los enfermos de tuberculosis. Gracias a ella se creó el Patronato Antituberculoso de la Alfaguara, germen del sanatorio y dispensario de la Alfaguara en 1923, el preventorio para niños en 1924 y la Junta Provincial para la Lucha Antituberculosa de Granada en 1926. Para vergüenza de los granadinos, el sanatorio está en ruinas.
La apicultura fue una de sus pasiones, tema sobre el que escribió varios libros y trabajos y fue una experta en colmenas movilistas, de las primeras de ese tipo en España, que presentó en la Exposición de Agricultura de Granada de 1888.
En 1831 sufrió un derrame cerebral y quedó apartada de sus labores filantrópicas hasta su fallecimiento en 1834.
Por méritos propios merece ser conocida y recordada.
