Las protestas contra el primer edil granadino, Felipe La Chica Mingo y la estructura de poder caciquil vinculado a su hermano, el todopoderoso Jefe del Partido Liberal y Diputado en Cortes, Juan Ramón La Chica rebasaron nuestras fronteras y una comisión encabezada por el catedrático de Derecho Político Fernando de los Ríos, partió el día 10 para encontrarse con el Primer Ministro Álvaro de Figueroa y Torres, Conde de Romanones, para solicitar la destitución del alcalde y la corporación municipales de Granada y el esclarecimiento del asunto de corrupción política relacionado con el arbitrio municipal de consumos.
Comisión granadina
La comisión partió el día 10, lunes, cuando lo más trágico aún estaba por llegar, porque al día siguiente, martes día 11, se produjeron los peores resultados del estado de revolución que vivía la ciudad. Los sucesos en Granada culminarían aquella jornada con la muerte de varias personas y numerosos heridos, tanto manifestantes como simples ciudadanos ajenos a las protestas, militares y agentes de la autoridad, lo que fue conocido por los comisionados ya en Madrid.
comité de protesta, al frente del cual eligieron a la estudiante activista del feminismo, Faustina Rodríguez
La situación se agravó hasta el punto de que los estudiantes universitarios madrileños constituyeron un comité de protesta, al frente del cual eligieron a la estudiante activista del feminismo, Faustina Rodríguez, que convocaron para los días siguientes manifestaciones ante el Congreso de los Diputados y ante la sede de la presidencia del Gobierno, donde se entrevistarían con el presidente de la cámara y con el presidente del Gobierno.
Manifestaciones estudiantiles
En febrero de 1919, Madrid fue testigo de una manifestación estudiantil sin precedentes, en la que cientos de jóvenes marcharon en contra del caciquismo granadino y en memoria de las vidas perdidas el 11 de febrero de ese mismo año. La convocatoria fue impulsada por el clamor de justicia y el deseo de poner fin a la opresión política que había cobrado víctimas inocentes.
La indignación estudiantil se desató tras la trágica muerte de varios manifestantes en Granada —uno de ellos el joven estudiante Ramón Ruiz de Peralta—, quienes fueron brutalmente reprimidos mientras exigían cambios en el sistema político. Estudiantes de diversas universidades de Madrid se unieron en solidaridad, conscientes de que el mismo poder corrupto que había causado las muertes en Granada también amenazaba la democracia en todo el país.
La indignación estudiantil se desató tras la trágica muerte de varios manifestantes en Granada —uno de ellos el joven estudiante Ramón Ruiz de Peralta—, quienes fueron brutalmente reprimidos mientras exigían cambios en el sistema político
La manifestación en Madrid fue un acto de valentía y resistencia, donde los jóvenes alzaron sus voces contra la injusticia y el abuso de poder. Marcharon con determinación, exigiendo transparencia y responsabilidad por las tragedias ocurridas. A pesar de la represión y el riesgo, su compromiso con la justicia y la libertad fue inquebrantable.
Una mujer al frente
La protesta estudiantil de 1919 sirvió como un recordatorio poderoso de la importancia de la movilización ciudadana en la lucha por la democracia y los derechos humanos. Aunque marcada por la tragedia, también fue un símbolo de esperanza y solidaridad, demostrando que incluso en los momentos más oscuros, la voz del pueblo puede resonar con fuerza y provocar el cambio.
Una joven mujer estudiante de Ciencias en la Universidad madrileña encabezó las protestas. Faustina Rodríguez emergió con un liderazgo demostrativo de que la mujer en nuestra sociedad luchaba desde antiguo por la igualdad de derechos y que, absolutamente para nada, estaba postergada y sometida en los ámbitos universitarios hasta el punto en que se ha dicho con finalidad política.
Faustina Rodríguez emergió con un liderazgo demostrativo de que la mujer en nuestra sociedad luchaba desde antiguo por la igualdad de derechos
