Álvaro Jiménez Gorlat presenta el jueves 13 de junio a las 19 h. el libro de relatos breves “El silencio y las edades” (Talón de Aquiles, 2024), un viaje por las diferentes etapas de la vida. El acto tendrá lugar en el Colegio Mayor Santa Cruz la Real (Plaza de Santo Domingo, 6) y presentará el mismo César Girón.
La columna vertebral de estos relatos es la insatisfacción, quizá por ello han sido descritos como “un abrazo frío cuando se buscaba calor, una sonrisa inconclusa, un llamear que pregunta a la vida si nos ha dado todo lo que podía dar. Pero también son relatos de dolor, nostalgia, alivio y superación”.
Horizonte Garnata (HG) ha podido hablar con el autor:
Álvaro Jiménez Gorlat
¿Por qué mezclar el silencio y las edades?
La verdad es que esa mezcla de “el silencio y las edades” no es causa del contenido del libro, sino consecuencia.
Con esto quiero decir que el título es posterior a los relatos y se me ocurrió relativamente rápido, al observar una parte evidente: que los relatos estaban protagonizados por personajes de distintas edades; y otra menos evidente: que el silencio era casi un personaje más en las historias.
Siempre estaba ahí, si no de manera explícita, flotaba como una sensación desde el principio hasta el final. En cierto sentido, esa mezcla me resulta muy natural.
El tiempo (las edades) pasa inexorable, y, necesariamente, le acompaña (o debería) el silencio, que no es para mí otra cosa que el pararse a pensar, a reflexionar, a respirar, intentar detener el tiempo por un breve periodo para intentar no solo dejarnos arrastrar por él.
¿Por qué deberían los lectores leer su libro?
Es posible que estemos ahogados ante una avalancha de libros pensados para olvidarnos de todo, desde géneros que nos lanzan en busca de un asesino en serie en un barrio de Oslo o desentrañando la trama familiar de una antigua dinastía romana, a libros que nos enseñan (o pretenden) a reír las veinticuatro horas del día.
Pero el verdadero arte, la verdadera literatura, debe ser una ventana abierta al alma humana, y en esta no solo hay alegría, no solo hay éxtasis. Que se pretenda reducir a eso es simplemente absurdo.
Es bueno y es saludable relacionarse también en su justa medida con la tristeza o el dolor, con la insatisfacción vital, que es eje central en mi libro. Hacer lo contrario solo puede augurarnos una falsa percepción de la realidad y desequilibrio emocional.
Pienso que los libros que leemos deben dejarnos huella, hacernos pensar o abrirnos los ojos a sensaciones propias que quizá no se identificaban. Por eso, como está mi libro escrito desde el sentir y el pensar, creo que creará el mismo efecto sobre el lector.
Es bueno y es saludable relacionarse con la tristeza o el dolor, con la insatisfacción vital. Hacer lo contrario solo puede augurarnos una falsa percepción de la realidad y desequilibrio emocional.
¿Cuál fue su génesis?
Una parte del libro la escribí como ejercicio de constancia durante meses. Cuando la editorial Talón de Aquiles me manifestó su interés en publicar una colección de relatos míos, tenía que escribir más y asegurarme de que el todo tenía una vertebración y un sentido. Quizá influenciado por la lectura de los cuentos de Raymond Carver al completo a lo largo de ese año, comprendí, revisando lo que ya tenía escrito, que ese nabato tenía que ser la insatisfacción, principalmente en sociedad y en el mundo de la pareja.
¿Cómo nacieron sus personajes y tramas?
Más que de los personajes, creo que se trata de la dinámica entre ellos y su relación. Mucho antes de empezar a escribir he sido un gran observador de esos resquicios que se abren en la aparente normalidad en las situaciones sociales, en la soledad en el grupo y en la pareja, posiblemente por proyección de sensaciones que ya estaban en mí.
Pero, como podría demostrarse para casi cualquier escritor, todo lo que compone los textos es la amalgama de una miríada de momentos infinitesimales que se observan con una mirada atenta. Así, uno de los relatos nace de observar una pintura de Edward Hopper, de visitar la Casa Museo Sorolla en Madrid, de una escena particularmente dolorosa de la película “El hilo invisible”. En otros casos, también, aparecen de la remodelación de días vividos o, simplemente, de ideas fugaces.
para casi cualquier escritor, todo lo que compone los textos es la amalgama de una miríada de momentos infinitesimales que se observan con una mirada atenta
¿Prepara nuevos proyectos?
Sí. He querido empezar de menos a más. El relato, seguramente, quede apartado durante un tiempo para empezar a probar con tiradas más largas. Tengo varias ideas anotadas que me llevan acompañando meses o incluso años, cosa que me confirma su aptitud para llevarlas al papel, y tengo claro que tendrían extensión de novela o, como mínimo, de “nouvelle”, pero no acabo de decidirme por la que debería empezar primero. Algunas de las ideas requieren una dedicación y un estudio previos, y por eso mismo me resultan las más atractivas, aunque son también las más exigentes.
En cualquier caso, confío en que me quedan ideas para rato, así que doy al lector que disfrute de mi libro la tranquilidad de que nos acompañaremos, si todo sale bien, durante los próximos años.
Un comentario
Un joven escritor con un futuro prometedor, su primer libro demuestra una forma que llega para quedarse si se lo propone.
Su forma de escribir es muy buena como su libro primero.
La cabeza en su sitio y con ganas de seguir aprendiendo. ¡ Al muchacho se le intuye muy leído ! 🙂