Los Ginkgo biloba no solo embellecen la ciudad, sino que también ofrecen un recordatorio de la historia de la vida en la Tierra. Al contemplarlo, es esencial apreciar no solo su belleza, sino también la increíble historia que lleva en sus raíces. Estos árboles continúan siendo un símbolo perdurable de resiliencia, belleza y longevidad, admirados por quienes tienen la suerte de cruzarse en su camino
Introducción
El Ginkgo biloba, conocido también como el «árbol de los cuarenta escudos» o «albaricoque plateado», es un árbol que ha sobrevivido a lo largo de millones de años, coexistiendo con dinosaurios y resistiendo cataclismos que han extinguido a muchas especies. Este árbol, considerado un «fósil viviente», es un ejemplo notable de la de la capacidad de adaptación de la naturaleza. En la ciudad de Granada, se pueden encontrar ejemplares impresionantes que adornan la Gran Vía de Colón, contribuyendo no solo a la estética de la ciudad, sino también a su calidad ambiental.
Historia y Origen
El Ginkgo biloba pertenece a una antigua familia de plantas, Ginkgoaceae, que data de más de 200 millones de años, siendo común durante el periodo Jurásico.
A lo largo del tiempo, la mayoría de sus parientes se extinguieron, dejando al Ginkgo como la única especie sobreviviente de su grupo. Su origen se sitúa en China, donde ha sido cultivado y venerado por siglos, asociado con propiedades mágicas y simbolizando longevidad y resistencia. Los monjes budistas jugaron un papel importante en su difusión, plantándolo en los alrededores de templos.
En el siglo XVIII (1727) fue introducido en Europa, capturando la atención de botánicos y jardineros por su singularidad.
Características Botánicas
El Ginkgo biloba se distingue por sus hojas en forma de abanico, que pueden medir hasta 15 centímetros de largo y presentan dos lóbulos, lo que da origen a su nombre «biloba».
En otoño, sus hojas se tornan de un vibrante color amarillo dorado, creando un espectáculo visual que atrae a muchos admiradores.
Este árbol puede alcanzar alturas de hasta 35 metros y vivir varios siglos sin signos de envejecimiento (*), con un tronco recto y corteza gris-marrón, áspera y surcada.
Una de sus características más destacadas es su extraordinaria resistencia a condiciones adversas, como la contaminación, suelos pobres y sequías.
Esta adaptabilidad le permite prosperar en entornos urbanos, como las calles de Granada.
Distribución y Hábitat
Originalmente, se distribuía ampliamente por el hemisferio norte, pero su ámbito se redujo drásticamente debido a glaciaciones y eventos climáticos.
Actualmente, se encuentra en estado silvestre en algunas regiones montañosas de China, aunque ha sido ampliamente cultivado en todo el mundo.
En Granada, los ejemplares de Ginkgo biloba en la Gran Vía de Colón embellecen la ciudad, especialmente en otoño, cuando sus hojas doradas iluminan el paisaje urbano.
En primavera y verano proporcionan sombra y mejoran la calidad del aire.
Usos Medicinales e Importancia Cultural
El Ginkgo biloba no solo es conocido por su longevidad y belleza, sino también por sus propiedades medicina-les. Las hojas contienen compuestos bioactivos como flavonoides y terpenoides, utilizados en la medicina tradicional china durante siglos, conocidos por sus efectos antioxidantes y antiinflamatorios. Se ha investigado su potencial para mejorar la memoria, la concentración y aliviar síntomas de trastornos como el Alzheimer y la demencia. Aunque los resultados son debatidos, muchas personas reportan beneficios en su uso.
Simboliza longevidad y resistencia en la cultura oriental. En Japón y China, es común encontrar estos árboles plantados cerca de templos, donde se les considera sagrados. Un famoso ejemplar en el Templo de Zen en Tokio sobrevivió al bombardeo de la Segunda Guerra Mundial, reforzando su reputación de resiliencia.
Cultivo y Cuidado
El Ginkgo biloba es fácil de cultivar y mantener, lo que lo convierte en una opción popular para parques y jardines urbanos. Es resistente a la contaminación, plagas y enfermedades, prosperando en una variedad de suelos si son bien drenados. Prefiere lugares soleados y puede tolerar la sequía una vez establecido. Al plantar, es importante considerar el sexo del árbol; los masculinos son preferidos en áreas urbanas ya que no producen las semillas malolientes de los femeninos. Los viveros suelen ofrecer variedades masculinas injertadas para evitar este problema.
En Granada, los jardineros y urbanistas no parecen haber tenido en cuenta su carácter dioico para asegurarse de que los ejemplares en la Gran Vía de Colón y otras áreas fueran predominantemente masculinos y así garantizar un entorno más agradable para los ciudadanos.
Resumiendo, el Ginkgo biloba es mucho más que un árbol; es un sobreviviente de eras pasadas y un símbolo de la resistencia de la naturaleza. Su apariencia única y su capacidad de adaptación a entornos modernos lo hacen destacar tanto en la naturaleza como en paisajes urbanos. En Granada, los Ginkgo biloba no solo embellecen la ciudad, sino que también ofrecen un recordatorio de la historia de la vida en la Tierra. Al contemplarlo, es esencial apreciar no solo su belleza, sino también la increíble historia que lleva en sus raíces. Estos árboles continúan siendo un símbolo perdurable de resiliencia, belleza y longevidad, admirados por quienes tienen la suerte de cruzarse en su camino.