Con frecuencia, cuando se habla de energía solar y transición energética sólo se resaltan sus aspectos positivos. Sin embargo, en su despliegue existen numerosos impactos a distintos niveles que resultan dañinos u oscuros y que golpean desde el punto de vista ecológico y medioambiental, del territorio y del paisaje, desde la biodiversidad, desde los aspectos sociales y económicos de las comunidades locales como los conflictos por la pérdida de terrenos fértiles y fuentes de riqueza que, a menudo pasan a manos foráneas.
Degradación del Territorio y Paisaje
La instalación de grandes parques solares requiere extensas áreas de terreno, lo que puede llevar a la degradación del paisaje natural y la pérdida de terrenos fértiles. Lo vemos en la Vega de Granada y en otras áreas rurales donde se ocupan tierras feraces cultivadas desde tiempo inmemorial. Se ven afectados desde el bosque mediterráneo a almendrales, olivares y otras leñosas o herbáceas de cuyo cultivo dependen las economías locales afectándose la producción de alimentos.
Biodiversidad
La construcción de infraestructuras solares puede afectar negativamente a la biodiversidad local. La eliminación de vegetación y la alteración del hábitat natural pueden desplazar a especies animales y vegetales, reduciendo la biodiversidad en la zona. Además, la fragmentación del hábitat puede dificultar el movimiento y la reproducción de especies.
Efectos en la Fauna
Los paneles solares pueden afectar a la fauna local de diversas maneras. Por ejemplo, las aves pueden confundir los paneles solares con cuerpos de agua y colisionar con ellos, resultando en lesiones o muertes. Además, la construcción de infraestructuras solares puede interrumpir las rutas migratorias de algunas especies. Las alteraciones físicas en el territorio mencionadas en el punto anterior provocan la marcha o pérdida definitiva de especies que no pueden adaptarse a la nueva configuración del espacio. Especialmente dañinos son los caminos abiertos y los tendidos eléctricos que suponen la muerte, por ejemplo, de aves rapaces como el águila perdicera.
Contaminación y Residuos
Aunque la energía solar es limpia durante su uso, la fabricación y eliminación de paneles solares pueden generar contaminación. Los paneles solares contienen materiales tóxicos como cadmio y plomo, que pueden contaminar el suelo y las aguas subterráneas si no se gestionan adecuadamente. Además, la minería de materiales necesarios para la fabricación de paneles solares, como el silicio, puede causar daños ambientales significativos. La industria de los paneles solares no tiene ningún efecto significativo sobre los lugares donde se implantan los macroparques. Dichos paneles, frecuentemente, provienen de países altamente contaminantes como China.
Cambios en la temperatura y el microclima
Las superficies de los paneles solares absorben y reflejan energía solar, alterando la temperatura local. En algunos casos, esto puede modificar patrones de viento y humedad, lo que, a largo plazo, podría influir en la distribución de las precipitaciones locales.
La reducción de vegetación bajo los paneles disminuye la evapotranspiración, lo que puede afectar el ciclo local del agua.
Incremento de la escorrentía
Los paneles solares pueden actuar como barreras físicas que redirigen el agua de lluvia, concentrándola en ciertos puntos. Esto puede generar un aumento en la escorrentía superficial, especialmente en pendientes pronunciadas.
La compactación del terreno durante la construcción también reduce la capacidad del suelo para infiltrar agua, incrementando aún más la escorrentía.
Erosión del suelo
El aumento de la escorrentía puede intensificar la erosión del suelo en áreas alrededor de los paneles, especialmente si no se implementan medidas adecuadas de control, como zanjas de infiltración o vegetación estabilizadora.
En áreas áridas, esto puede llevar a la formación de cárcavas, afectando la estabilidad del terreno y la calidad del agua.
Impactos en la infiltración y recarga de acuíferos
Reducción de la infiltración
Los cambios en la textura y compactación del suelo, junto con la desviación de agua provocada por los paneles, pueden disminuir la cantidad de agua que se infiltra en el terreno, reduciendo la recarga de acuíferos.
En sistemas de tierras secas, donde la infiltración es crucial para la disponibilidad de agua subterránea, esto puede ser especialmente problemático.
Alteración de zonas húmedas y manantiales
Los cambios en la recarga de acuíferos pueden impactar zonas húmedas, arroyos y manantiales que dependen del equilibrio entre infiltración y descarga. Esto afecta tanto a ecosistemas locales como a comunidades humanas que dependen de estas fuentes de agua.
Contaminación del agua
Los megaparques solares pueden contribuir a la contaminación del agua si se utilizan sustancias químicas (por ejemplo, herbicidas o productos de limpieza de paneles) que son arrastradas por la escorrentía hacia cuerpos de agua cercanos.
Además, la posible lixiviación de materiales tóxicos de los paneles solares dañados (aunque es poco común) podría ser un riesgo.
Impactos Sociales y Económicos
Economía local y mano de obra
La aportación en la economía local, en general, de darse, es durante el desmonte del terreno si es que llegara a usarse mano de obra local y la posterior instalación.
El escaso mantenimiento especializado normalmente usa mano de obra externa.
Desplazamiento de Comunidades
La construcción de grandes instalaciones solares puede producir el desplazamiento de comunidades locales. Esto puede llevar a conflictos sociales y económicos, ya que las personas afectadas pueden perder sus hogares y medios de vida, por ejemplo, la agricultura, la ganadería o la industria conservera. Además, la compensación ofrecida a menudo no es suficiente para cubrir las pérdidas económicas y sociales.
Conflictos por el Uso del Terreno
La competencia por el uso del terreno entre la energía solar y otras actividades económicas puede generar conflictos. Las comunidades locales pueden oponerse a la instalación de parques solares si perciben que estos proyectos no benefician a la economía local o si consideran que afectan negativamente a su calidad de vida.
Pérdida de valor de las propiedades
La instalación de macroproyectos solares puede tener un impacto significativo en el valor intrínseco de las áreas afectadas, principalmente debido a la alteración visual del paisaje. Esta pérdida de valor se produce por la devaluación estética de los parajes afectados por el despliegue de las instalaciones ya sean en espacios rurales, naturales o urbanos lo que afecta económicamente a propietarios actuales y futuros.
Otras consideraciones
El desarrollo de macroplantas solares tiene severas limitaciones en cuanto a su capacidad de abastecer de forma continuada las demandas energéticas de nuestra Sociedad. Tengamos en cuenta la gran diversidad y variabilidad de los factores que afectan a su rendimiento, desde la estacionalidad a la meteorología adversa pasando por la dificultad para el almacenamiento de excedentes que obligarían a la implantación de grandes plantas de producción de H2 verde o elevaciones hidráulicas, por poner dos ejemplos.
Lo cierto es que la energía producida en territorios denominados de sacrificio, muy por encima de sus necesidades, no es sino una forma de economía extractiva, como ya hablamos en su momento, que asume un coste medioambiental elevadísimo para suministrar energía a grandes centros de consumo y transformación que siguen una carrera irrefrenable devoradora de energía.
Por lo tanto, es fundamental la implicación de las comunidades afectadas por la implantación de estos macroproyectos que están focalizados en la obtención de beneficios y ninguna motivación filantrópica. No hay más que ver quiénes son sus promotores.