Si hay una parte endeble, inacabada y generadora de desencuentros dentro de la Constitución Española de 1978 esta es, sin duda, la que trata el Título VIII. Lejos de articular una nación diversa y compleja, da pie a la proliferación de fuerzas centrífugas que se manifiestan en nacionalismos de mayor o menor intensidad pero que no dejan de ser, por su naturaleza, poderosos elementos de disgregación.
El caso andaluz no es sino uno de tantos casos de nacionalismo que necesitan vigorizarse alimentándose de los elementos constitutivos de cualquier movimiento de esa índole, por otra parte, decimonónica. Necesita, pues, de los ingredientes definitorios que marcan el paso a cualquier movimiento nacional según el filósofo y antropólogo británico Ernest Gellner: la nación es la base para la conformación del Estado (principio de soberanía nacional), se plasma en una unidad geográfica delimitada por fronteras naturales, emana de la voluntad de un pueblo consciente de su identidad (concepción francesa o latina) y este pueblo comparte elementos comunes como historia, lengua, etnia, religión… (concepción alemana o esencialista).
Recogemos aquí la distorsión que supone desde el punto de vista histórico el asimilar la población al sur de Despeñaperros a la idea de un solo pueblo que hunde sus raíces en la Prehistoria. No se trata de abrir espurios y absurdos debates étnicos propios de fanáticos ultranacionalistas sino de constatar que la ciencia da soporte a los conocimientos sobre movimientos de poblaciones que conllevan elementos distintivos en diversos aspectos como las manifestaciones culturales o idiomáticas…
La pretensión de crear identidades forzadas choca frontalmente con los datos objetivos y contrastables que contradicen la actual distribución territorial de la España autonómica irrespetuosa con Historia y realidades geográficas con marcado acento propio y que han visto ahogadas sus aspiraciones y aplastados sus elementos diferenciales en pos de la homogeneización de sobrevenidas, ex novo, «nacionalidades históricas» entre las que se sitúa la C.A. de Andalucía.