La inmersión en la historia que supone visitar el Cerro de la Encina, a cuyo yacimiento dedicamos el artículo central de este número de HG, es una experiencia enriquecedora que nos transporta a épocas pasadas, permitiéndonos comprender y conectar con los eventos y las personas que colaboraron en dar forma al mundo en el que vivimos hoy. Visitar el yacimiento argárico situado en Monachil supone hacer un inesperado “paseo a la edad del cobre”. Sumergirse en el estudio y la exploración de los diferentes aspectos históricos de un lugar como éste, ya sea a través de la lectura de libros, la visita a museos o sitios arqueológicos relacionados, nos brinda una perspectiva más profunda y significativa que nos ayuda a comprender nuestras raíces y a valorar el legado de quienes nos precedieron. Contribuir a ello es uno de los objetivos principales de nuestra revista. De modo que emulando a Napoleón cuando arengó a los franceses ante las pirámides de Guiza, podemos decir desde el promontorio del bastión, con la llanura de la vega de Granada de fondo, algo igual a lo que pronunció el autócrata francés: “Granadinos, 4000 años de historia nos contemplan…”.