EL MANIFIESTO

LOS MANIFIESTOS POLÍTICOS buscan captar la atención de la sociedad, presentando una visión clara y coherente sobre temas relevantes, PERO NO ES ESO LO PRETENDIDO POR EL DOCUMENTO IMPULSADO POR VIEJOS SOCIALISTAS EN ESTOS DÍAS

CELSO COSTA
Abogado

En los primeros días de la campaña electoral para los comicios del 23-J se difundió un manifiesto de apoyo al partido socialista denominado “No es Sánchez somos nosotros”. Inicialmente se generó en Granada y posteriormente se extendió a Andalucía. Su generador, según se dice, fue Manuel Pezzi, epígono del irredento sanedrín del PSOE andaluz, de aquel partido que generó y comandó durante cuatro décadas la actual Andalucía, hasta que Moreno Bonilla los desalojó del poder, todo apunta que para mucho tiempo.
Pezzi es de esos personajes que entiende la política como una institucionalización del poder. Lo ha demostrado practicando una política emocional que solo conduce a la recreación de escenarios bélicos, intempestivos, agresivos, dominados por la ira. Y ahora no iba a ser diferente.

Como una especie de aprendiz de Napoleón, o como el individuo que cree ser el Sonny Corleone de la novela de Mario Puzo, pero que solo puede ser Fredo, ese personaje que solo es relevante cuando otros se lo permiten o lo apuntalan, tomó la iniciativa de comandar la reacción interna frente a la disidencia, para preparar, a pesar de su senectud, la permanencia cuando se derrumbe el castillo de naipes que actualmente es el partido socialista.

El eximio gerontócrata flaco favor ha hecho a la causa socialista que se dirime, porque el sólo título del mal llamado manifiesto, supone una negación del líder actual y una separación tangible del sanchismo

El eximio gerontócrata flaco favor ha hecho a la causa socialista que se dirime, porque el sólo título del mal llamado manifiesto, supone una negación del líder actual y una separación tangible del sanchismo. No ha faltado quien diga, con no pocos visos de acierto, que el documento no es lo que parecía, sino una iniciativa contra el eterno enemigo de antaño, la rebeldía del contubernio frente a Alfonso Guerra y Nicolás Redondo, que han señalado los excesos intolerables que han conducido al partido hacia lo ignoto, como paso previo a la destrucción o la refundación.
Un manifiesto político es un documento que expresa la visión, principios y objetivos de un movimiento. Son herramientas poderosas para movilizar a las personas, difundir ideas y fomentar la participación ciudadana en la construcción de un futuro mejor, una declaración pública que busca generar conciencia y promover un cambio estableciendo las bases ideológicas y las propuestas de acción para alcanzar determinados fines. Sin embargo, nada de eso es el documento pezziniano con el que los firmantes, por lo menos el demiurgo generador, aparentan sintonía con el líder, pero ponen distancia con él. Menos mal —como dicen otros conmilitones sottovoce—, que no están todos los patricios del socialismo…

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Celso Costa

Celso Costa, Abogado granadino que trabajó para Putnam & Asociated LLP y que actualmente vive en Nuevo Madrid (Misuri). Sigue a distancia el juanmanismo, muy preocupado por su crecimiento

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