“El problema de la Leyenda Negra es la falta de estrategas defensores de nuestra colosal historia, unido a nuestro complejo de inferioridad y a que la han escrito nuestros adversarios”
Maeso de la Torre, Jesús
Licenciado y doctorado en Filosofía e Historia por la Universidad de Cádiz, ciudad a la que ama especialmente, el ubetense Jesús Maeso de la Torre –uno de los escritores de novela histórica más reconocidos de este país– cuenta en su haber con una veintena de títulos publicados, entre los cuales podríamos citar los premiados “Al-Gazal”, “La cúpula del mundo”, “En una tierra libre”, “Tartessos” o “La sibila de Colobona”. Es autor también de numerosos relatos, de diversos ensayos, así como de multitud de artículos aparecidos en destacadas revistas de divulgación de la historia.
Es académico de número de la Real Academia Hispanoamericana de Ciencias, Artes y Letras y correspondiente de la Academia Norteamericana de la Lengua Española, entre otras distinguidas sociedades científico-culturales. Ha obtenido importantes premios a sus obras o de reconocimiento a su carrera como el CajaGranada de Novela Histórica, el Ciudad de Cartagena de Novela Histórica, el Ivanhoe de Novela Histórica Ciudad de Úbeda o el Espartaco de Novela de la Semana Negra de Gijón, entre otros muchos.
Con motivo de la reciente publicación de su novela “El jardín de las vestales”, ambientada en la antigua Roma, HG habla con el autor sobre esta obra y mucho más.
En su último libro, “El jardín de las vestales”, aparece un personaje histórico desconocido: un joven gaditano que fue el primer fan de un escritor, que viajó desde Gades hasta Roma para conocer a su ídolo y para mayor complicación se enamoró de una vestal. ¿Podría hablarnos de los entresijos de la novela?
Encontré la cita de Plinio en la “Historia de Cádiz” de Adolfo de Castro, donde se narraba que el primer “fan” o admirador conocido de la historia de la humanidad y constatado documentalmente, fue un joven librero y lector anónimo del entonces Gades romano, que ansiaba conocer personalmente al escritor de las Décadas, el afamado Tito Livio.
Con la oposición paterna se traslada a Roma, y después de un azaroso viaje, conoce a Livio en el Foro, donde lo escucha declamar una de sus obras. Regresa después a su ciudad, ocultándonos su nombre la historia, aunque creando un verdadero suceso en la Roma de Augusto, referido por el historiador Plinio el Joven. Merecía una novela.
El amor irredento que declara el personaje por la vestal Valeria Domicia, exiliada por Augusto en Cádiz, por conocer un secreto de Estado trascendental, pertenece al mundo imaginario del autor. Ambos se alimentan y sobre uno y otro descansa la trama de la novela.
Un escritor como usted, que no se considera un novelista histórico ”al uso”, ¿cree que es necesario el género, a veces denostado por algunos críticos? ¿Qué aporta, a su juicio, a la sociedad actual?
La novela histórica consigue que el lector reflexione sobre su pasado y conozca la historia, mal narrada o contada tendenciosamente.
Los acontecimientos históricos desarrollados en nuestra nación, que, por su trascendencia fueron capitales en la historia y tuvieron repercusión internacional, desde la antigüedad hasta el tiempo presente, precisaban de un movimiento literario restaurador como es la novela histórica.
Por eso un grupo de escritores hemos escogido los momentos estelares de nuestro pasado para valorar debidamente nuestra contribución a una historia compartida por todos. Y la literatura, es una de las mejores maneras de expresar todo aquello que nos une y enaltece.
Hemos de descubrir su pasado y valorar los hitos y personajes más renombrados a lo largo del tiempo y recreados en sus obras. Al manifestar que no soy un “histórico al uso”, es que en mis obras prevalece el elemento ficcional e imaginativo, aunque sin abandonar nunca la verdadera historia, ya que soy historiador.
La novela histórica consigue que el lector reflexione sobre su pasado y conozca la historia, mal narrada o contada tendenciosamente… Los acontecimientos históricos… precisaban de un movimiento literario restaurador como es la novela histórica
España alumbró al mundo la primera Constitución democrática y liberal –la de Cádiz de 1812– que sirvió de modelo a muchas otras constituciones y que era más avanzada que la de los EE.UU. y la Declaración de Francia
Usted dice que al escribir sus novelas siempre se plantea que enseñen, emocionen y sorprendan al lector. ¿Cómo se consigue eso? ¿Cuál es su fórmula?
Creando un clímax en la trama vertiginoso y ágil, que los actores mantengan intensas vivencias con otras geografías humanas, y que esos personajes sean presentados con apuestas elevadas, únicas y admirables. Los diálogos han de crearse para que sean interesantes y excitantes, y con contrastes de pareceres. Por otra parte, el marco, o el escenario donde se recrea la acción, debe ser vivo e insólito e incluso en determinados momentos espectacular. Y los ambientes deben ser sorprendentes, aunque verosímiles.
Ha escrito sobre infinidad de personajes históricos tan distintos como al-Gazal, Alfonso X el Sabio, Teodora de Bizancio, Julio César, los Trastámara, Godoy, y muchísimos más, de todas las épocas históricas y continentes, pero sin duda tendrá sus preferencias.
Prácticamente he creado más de veinte novelas desde la protohistoria hasta nuestros días, pero donde más cómodo me hallo es en la época antigua –Roma o Grecia– y el Siglo de Oro Español.
Es autor de diversas novelas sobre Estados Unidos, como “Comanche” y “La rosa de California”, ¿qué opina de la leyenda negra, cuando no del olvido del papel de España en el Norte de América?
La leyenda Negra es nuestro pecado original, nunca redimido por ningún Redentor. Con la historia de España –sobre todo en América– se ha cometido una manipulación distorsionada e injusta, llevada a cabo por los enemigos seculares de nuestra nación: ingleses, franceses y protestantes.
Además, acecha constantemente y no prescribe nunca.
con la historia de España se ha cometido una manipulación distorsionada e injusta, llevada a cabo por los enemigos seculares de nuestra nación: ingleses, franceses y protestantes.
El problema es la falta de estrategas defensores de nuestra colosal historia, unido a nuestro complejo de inferioridad y que nuestra historia la han escrito nuestros adversarios.Con la novela histórica esa culpa se está paliando óptimamente.
Como autor del ensayo “Historias de ‘La Pepa’, al derecho y al revés”, sobre la Constitución de Cádiz, así como de algunas novelas sobre el período y, por su puesto, como historiador, ¿qué piensa del momento político y constitucional que vivimos actualmente?
España alumbró al mundo la primera Constitución democrática y liberal –la de Cádiz de 1812– que sirvió de modelo a muchas otras constituciones y que era más avanzada que la de los EE.UU. y la Declaración de Francia. Después surgieron otras, hasta la de 1978 que reconciliaba a todos los españoles.
No obstante, por ambiciones personales de algunos políticos actuales y sobre todo por parte de los partidos nacionalistas, siempre insolidarios, se están conculcando sus conceptos, con el peligro de desbaratar un estado de Derecho único que garantiza las libertades individuales.