ENTREVISTA A: MARÍA PILAR QUERALT DEL HIERRO

Los salones literarios fueron una de las formas de socialización más importantes de las clases altas del siglo XVIII, durante la Ilustración, dirigidos por mujeres que abrieron las puertas de sus mansiones a pensadores, científicos o artistas que influyeron en el devenir de su tiempo.

María Pilar Queralt del Hierro

Es licenciada en Historia Moderna y Contemporánea por la Universidad Autónoma de Barcelona –donde ejerció como profesora de Historia de España en la Facultad de Ciencias de la Información–. Conferenciante y colaboradora habitual de medios de comunicación; vinculada al mundo editorial.

Autora de ensayo divulgativo y novela histórica, donde destacan, entre otros, “Los espejos de Fernando VII”, “Inés de Castro”, “De Alfonso la dulcísima esposa”, “Las damas del rey” o “La rosa de Coimbra”. Es autora de biografías como “Tórtola Valencia, una mujer entre sombras”, “Isabel de Castilla, reina, mujer y madre”, “Agustina de Aragón, la mujer y el mito”, o los recopilatorios “Madres e hijas en la historia”, “Mujeres de vida apasionada”, “Reinas en la sombra”, “Las mujeres de Felipe II” o “Amores de leyenda”.

La revista Horizonte Garnata (HG) ha podido hablar con ella sobre su último libro “Ilustradas. Damas y salones literarios del siglo XVIII”, un viaje a través del tiempo y del espacio para conocer a quienes abrieron el camino a futuras generaciones de mujeres.

pilar queralt

¿Cómo surgió “Ilustradas. Damas y salones literarios del siglo XVIII”?
Llevaba tiempo queriendo tratar el tema de las “salonnières”. Me seducía la idea de recrear aquellos salones que, presididos por una mujer, reunían a lo más granado de la cultura, el arte o la ciencia de su tiempo. Comencé a investigar y finalmente decidí que más que una novela, aquellas ilustres mujeres necesitaban un lugar en la historia con nombres y apellidos. Muchas son prácticamente desconocidas y su labor fue decisiva en la caída del Antiguo Régimen y en el camino para reconocer a la mujer como ciudadana de pleno derecho.

aquellas ilustres mujeres necesitaban un lugar en la historia con nombres y apellidos. Muchas son prácticamente desconocidas y su labor fue decisiva en la caída del Antiguo Régimen y en el camino para reconocer a la mujer como ciudadana de pleno derecho.

Usted explica en su libro que las “salonnières” francesas, las “bluestockings”británicas o las “salungërinden” alemanas pusieron sus salones al servicio de las ideas ilustradas, pero ¿hasta qué punto llega la importancia de estas aristócratas y burguesas?

Fue decisiva para dar a los pensadores ilustrados un ámbito de debate. Sus ideas, consideradas subversivas por el orden imperante, precisaban de un lugar de reunión y discusión y la intimidad de una casa permitía una libertad de expresión que en el espacio público era impensable. Pero no nos confundamos, no eran reuniones clandestinas, simplemente se disfrazaba de velada social lo que en realidad era un ateneo de discusión política y cultural.

Sus ideas, consideradas subversivas por el orden imperante, precisaban de un lugar de reunión y discusión y la intimidad de una casa permitía una libertad de expresión que en el espacio público era impensable.

También nos cuenta que no eran feministas, como creemos ahora, ni “précieuses ridicules”, como las llamó Molière. ¿Qué eran entonces? Y, sobre todo, ¿consiguieron lo que pretendían?
Fueron unas mujeres muy inteligentes que supieron aprovechar las bazas que la sociedad de la época les concedía para en unos casos reivindicar su condición de seres pensantes y, en otros, contribuir al desarrollo de una nueva sociedad más libre e igualitaria. El feminismo actual las puede considerar poco combativas, de ahí que yo las califique de protofeministas porque sin duda en ellas y en otras de sus antecesoras se encuentra la semilla que eclosionaría en el feminismo del siglo XIX y XX.

Usted indica en “Ilustradas” que un posible origen estuvo en las “cours d’amour” medievales o las cortes renacentistas, pero ¿qué diferencias encuentra usted entre estas y los salones dieciochescos?
Las “cours d’amour” o las batallas dialécticas del Renacimiento nacían, por lo general, por iniciativa de una monarca (por ejemplo María de Francia o Margarita de Navarra) y nunca de la burguesía como sucedía en el XVIII, pero sobre todo yo enlazaría más la labor de la mujer ilustrada con la “querelle des femmes” medieval, es decir la reivindicación de mujeres como Christine de Pizan en favor del acceso de la mujer a la cultura. Como dijo Benedetta Craveri “En los salones la ‘querelle des femmes’ dejó de ser tema de discusión teológica para ser objeto de debate intelectual”.

Las preciosas ridículas por Moreau el Joven.

en ellas y en otras de sus antecesoras se encuentra la semilla que eclosionaría en el feminismo del siglo XIX y XX.

¿Cuáles fueron a su juicio las más destacadas integrantes de este “movimiento” en Europa y América?
Imposible dar un único nombre. Evidentemente las francesas Madame Geoffrin o Madame du Deffand tienen nombre propio al acoger en sus salones a Voltaire, Rousseau, D’Alembert, etc… y estar vinculadas a la Encyclopédie, pero en Italia mujeres como Chiara Maffei colaboraron decididamente desde su salón milanés a la causa de la Unificación peninsular y tengo una devoción especial por la aragonesa Josefa Amar y Borbón cuyo manifiesto en favor de la mujer reproduzco en el libro y me parece absolutamente moderno en sus reivindicaciones.

Lectura de una tragedia de Voltaire. Salón de Madame Geoffrin por Lemonnier.

fue importante el empeño de la Junta de Damas de impulsar la enseñanza de las niñas y la formación profesional de las mujeres para que fueran seres autosuficientes.

Respecto al caso español –siempre se ha dicho que España es diferente– ¿qué papel cree usted que jugaron la Academia del Buen Gusto, la Junta de Damas de Honor y Mérito o los salones aristocráticos para nuestro devenir histórico como país o para nosotras como mujeres?
Sin duda fue importante su mecenazgo de artistas como Goya o escritores como pero, sobre todo, fue importante el empeño de la Junta de Damas de impulsar la enseñanza de las niñas y la formación profesional de las mujeres para que fueran seres autosuficientes.

Presentación del libro «Ilustradas. Damas y salones literarios del siglo XVIII».

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2 respuestas

  1. Siempre se aprenden cosas nuevas, como la existencia de estas reuniones organizadas por mujeres sin duda adelantadas a su tiempo.
    Buena entrevista!!

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