Dedicamos en este número de la revista, en su parte cultural, a evocar a una de las figuras granadinas más principales de la Historia: Catalina de Aragón, destacando una faceta actual de su memoria prácticamente desconocida para nosotros. Y decimos bien, “granadina”; porque si bien es cierto que nació en Alcalá de Henares en 1485, no lo es menos, que se trasladó a nuestra ciudad tras la reconquista, viviendo en el alcázar de la Alhambra hasta que marchara a Inglaterra con 15 años, de donde nunca más regresó.
Catalina siempre se sintió granadina. Portó a nuestra tierra por allí donde estuvo. Muestra de ello son sus propias afirmaciones biográficas o que su escudo heráldico personal esté conformado con una granada doblemente coronada. Era la hija menor de los Reyes Católicos y fue la primera esposa de Enrique VIII.
Tras una vida repleta de sucesos con la que marcó la historia de Inglaterra, Catalina de Aragón murió en el castillo del Kimbolton, el 7 de enero de 1536. Días más tarde, el 29 de enero, sería sepultada en la catedral de Peterborough con la ceremonia debida a una princesa de Gales viuda, no la correspondiente a una reina. Sin embargo en su sepulcro se lee Katharine Queen of England, estando permanentemente engalanado con las exóticas frutas del granado y flores y adornos con los colores de la bandera de España.
Todos los años en el aniversario de su entierro se celebran distintos actos en memoria de la reina española de Inglaterra. Tienen lugar en la catedral y distintos escenarios de la ciudad del condado de Cambridgeshire, que conforman el interesantísimo “Katharine of Aragon Festival”. Que este año 2023 tendrá lugar entre el 26 y el 29 de enero.