El centralismo sevillano concentra el poder y los recursos granadinos de manera sangrante, reduciendo nuestra representación y erosionando nuestra identidad cultural, provocando marginación y limitando nuestro desarrollo.
En las últimas cuatro décadas Granada ha perdido su personalidad. Las decisiones claves y los recursos se han canalizado hacia la capital, Sevilla. Nosotros carecemos de infraestructuras e inversiones –ferroviarias, viarias, aéreas, portuarias– y a la vez hemos sido víctimas del saqueo de nuestras instituciones históricas y recientes, fundamentales para nuestro progreso –la gestión de la Alhambra, de Cetursa, del Parque de las Ciencias, de la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP)–, debido a la recentralización sevillana económica, política y administrativa más feroz de los últimos tiempos. Para colmo nuestros representantes nada hacen por Granada.
Un comentario
Es muy cierto el centralismo sevillano. Pero es debido al carácter granadino de nuestros políticos locales. Es decir la dejadez y conformismo lo permiten… Por éso, al no tener buenos políticos sería un fracaso la independencia de Granada