RAMÓN MAURELL Y LÓPEZ ES UNA DE ESAS FIGURAS PENDIENTES DE DESCUBRIR Y DE REIVINDICAR POR LOS GRANADINOS. COMO TANTAS OTRAS QUE PERMANECEN OCULTAS ENTRE LAS BAMBALINAS DE LA HISTORIA DE GRANADA, DE LA QUE ES INSIGNE HIJO OLVIDADO…
CÉSAR GIRÓN
GRANADA HISTÓRICA
Unos días antes del día 6 de noviembre de 2003 el insigne Manuel Orozco opinaba sobre un artículo mío dedicado a Ramón Maurell que publiqué en la prensa granadina. Lo publiqué precisamente con ocasión de que ese mismo día se cumpliría el aniversario del nacimiento de tan ilustre granadino, 159 años antes. El destino deparó que Orozco falleciera en esa misma fecha y la respuesta a su opinión quedó sin destinatario. Artículo de respuesta que empleo ahora como base para escribir el breve esbozo que sobre su personalidad y obra, a continuación sigue. Desde entonces, que se sepa, muy poco se ha escrito y publicado sobre tan insigne personalidad, sobre Ramón Maurell y López.
Joven revolucionario
Como venía a decir Manuel Orozco en su opinión sobre mi artículo, “Ramón Maurell fue representante y exponente de una generación de granadinos revolucionarios que siendo capaces de alcanzar las más altas cotas en favor de Granada, ciertamente no contribuyeron más que a un enfrentamiento sistemático contra el poder ancestralmente establecido que no redundó más que un perjuicio para nuestra tierra”.
sólo fueron partícipes del debate nacional crudo y radicalizado, abierto entre monárquicos y republicanos, absolutistas y revolucionarios, inmovilistas y socialistas
Discrepo aún, como también entonces, de tal interpretación porque, realmente, aquella generación política de granadinos tal vez encabezados por Maurell y en la que estuvieron enrolados personajes de la talla de Melchor Almagro Díaz, Miguel Garrido Atienza, Almendros o incluso Francisco Lumbreras Sáez -estos dos de menor relevancia intelectual que los que le preceden- por citar algunos, realmente sólo fueron partícipes del debate nacional crudo y radicalizado, abierto entre monárquicos y republicanos, absolutistas y revolucionarios, inmovilistas y socialistas.
Mucho queda por conocer de un personaje como Maurell y más aún que escribir. Sin embargo, su personalidad brilla con luz propia en las tinieblas del olvido, que como un velo de oscuridad, la sociedad granadina desplegó siempre sobre su figura impidiendo su conocimiento. Por eso, el documento escrito que sigue, no responde más que al deseo de arrojar un poco luz sobre un personaje de Granada, de relevancia especial, que como tantos otros, sin embargo, fue desdibujado por el paso de los años y de la historia, hasta caer en el olvido a pesar de sus muchos méritos.
Una fecha
Aparte de la de su nacimiento, bautismo o vecindad, la primera fecha relevante en términos sociopolíticos que se ha conocido hasta ahora de Ramón Maurell es la coincidente con la de su décimo quinto aniversario, 6 de noviembre de 1859. Aquel día, según resulta de los libros consistoriales, en el Ayuntamiento las autoridades de Granada celebraron una solemne función de rogativa a la Virgen de las Angustias, “por el feliz éxito de la guerra emprendida por los valientes hijos de Castilla contra los hijos menguados de África, que habían villanamente hollado el escudo de nuestra patria ante los muros de Ceuta”. La crónica del acontecimiento no recoge sin embargo las protestas que, en algunos lugares de España, entre ellos nuestra ciudad,
desencadenó en determinados círculos liberales la intervención española en África. Un día en que Maurell se manifestaría siendo un joven adolescente contra aquella Guerra colonial que iniciaba nuestro país, según recordaba él mismo años más tarde.
Contra la guerra
Ello es manifestativo del compromiso social, y por qué no, expresión del talante transformador y rebelde de nuestro personaje. Como señalan las voces más autorizadas, entre ellas la de Manuel Fernández Álvarez, el de Marruecos sería “un conflicto que desangraría a España durante décadas”, y en sus comienzos Maurell se manifesto contra él. No faltaron églogas y juglares que ensalzasen la intervención española en el Magreb, entre los que tal vez la más aventajada fuera la del accitano Pedro Antonio de Alarcón
aquel enfrentamiento que se extendería de manera casi ininterrumpida durante siete décadas, sólo reportaría enormes sacrificios y durísimos sufrimientos a los españoles
Ariza expresada en su “Diario de un testigo de la Guerra de África”, pero a la postre, aquel enfrentamiento que se extendería de manera casi ininterrumpida durante siete décadas, sólo reportaría enormes sacrificios y durísimos sufrimientos a los españoles, siendo tanta su repercusión que condicionaría la política española hasta la pérdida definitiva de Ifni y el Sahara español en momentos ya muy cercanos con ocasión de la descolonización.
Un republicano irredento
La militancia liberal y revolucionaria de Maurell declarado republicano ya en el año 1869 determinó por los sucesos de la Noche de San Daniel su condena a muerte, que se habría cumplido de no ser por la intervención de su pariente el General Juan Prim, Conde de Reus, que propició su indulto.
Involucrado en los movimientos revolucionarios más efervescentes, Ramón Maurell, como federalista, participaría de forma decidida y decisivamente en la revuelta cantonal, llegando a ocupar en el Comité de Salud Pública de Granada, la vicepresidencia del Cantón Republicano entre el 20 de julio y el 12 de agosto de 1873, en que la intentona fue
Ramón Maurell, como federalista, participaría de forma decidida y decisivamente en la revuelta cantonal
cercenada por la entrada en la ciudad del General Pavía, teniendo que exiliarse a Inglaterra, vía Gibraltar, yendo a vivir durante varios años a Londres, ciudad que le debe el haber implantado con sus trabajos el sistema público de aguas y de saneamiento. Muchas, muchas más cosas pueden contarse y narrarse del personaje del que se cumplen ahora cen años de su muerte, que tuvo lugar el 17 de diciembre de 1923.
Noble catalán
Germen del pensamiento liberal e inspirador republicano, Ramón Maurell y López era hijo de una familia linajuda catalana que ostentó la Baronía de la Vansa, que se afincó en Granada en el primer tercio del siglo XIX. Con el tiempo Maurell alcanzaría el honor de ser reconocido por sus correligionarios y contemporáneos como un personaje singular que con su empuje y genio convulsionó a la ciudadanía granadina del momento en más de una ocasión.
Su garra y sabiduría le llevaron a ser un revolucionario permanente e ideólogo de los movimientos sociales de una época en la que la sociedad de Granada, pacata en grado máximo, se debatía en enfrentamientos virulentos entre el clericalismo o el anticlericalismo, la monarquía o la república, el obrerismo y el clasicismo a ultranza, que se identificaría con su irredento sentir republicano y que provocó intensos debates reformistas en Granada y su histórico territorio de influencia.
Relevancia social
Ya lo hemos apuntado. Ramón Maurell fue una personalidad arrolladora, culta e inquieta que ocupó la vicepresidencia del gobierno cantonal de Granada, algo que no fue mero accidente, sino la consecuencia de un largo camino político iniciado desde su más temprana juventud.
Pero además, cabe reconocer en Maurell a un personaje socialmente relevante en su momento.
Fue, entre muchas otras manifestaciones de su intelectualidad, profesor colaborador de la universidad, impulsor decidido de los primeros movimientos del socialismo obrerista granadino, ideólogo constante del federalismo fraternal —con ciertas connotaciones
cabe reconocer en Maurell a un personaje socialmente relevante en su momento
ácratas—, y padre del regionalismo granadino con base en la razón política y el devenir de nuestra rica y particular historia.
Exilio europeo
Tras la aventura cantonalista, como ya también hemos esbozado, tuvo que exiliarse como tantos otros republicanos españoles, en tierras francesas e inglesas, siendo reconocido por distintas publicaciones como “un desterrado admirador de los teóricos del obrerismo”, estudioso de Proudhon, Marx, Bakunin, Fanelli, Leo Frankel y otros miembros de la Primera Internacional. Fue esta la segunda ocasión en la que su alma indómita le llevó a ser condenado por su militancia republicana. Por Europa caminó errante por diversos círculos cultos de las principales ciudades, pero siempre, absolutamente siempre, añorando regresar a Granada, como él confesaría en reiteradas ocasiones. Volvió definitivamente a poco de iniciarse la Restauración con ocasión de la reconciliación nacional y ya permaneció en su ciudad natal, en Granada, en la que capitaneó numerosas iniciativas y proyectos, como el de la creación de la segunda Caja de Ahorros granadina, de naturaleza obrerista, siendo él quién redactase sus estatutos.
Bien avanzada la Restauración, murió tras años de enseñanza y activismo político siendo considerado y con razón epígono de una generación y de un pensamiento de imposible ejecución. Maurell consagró su vida al republicanismo federal sin cejar ni un momento en su ideología y empeño, sembrando en los últimos días de su existencia la semilla de la región autónoma de la Alta Andalucía como derivación del estado federal de Granada, auspiciado por las declaraciones del General Primo de Rivera tras el golpe de estado del día 13 de septiembre de 1923, que impulsó las corrientes regionalistas. Las manifestaciones de Primo de Rivera hicieron renacer en Ramón Maurell la idea federalista, en él nunca sosegada…
Bases regionalistas
Tal vez la última aportación de Maurell al pensamiento fuese el impulso suficiente para la aparición de las que son las Bases de la Mancomunidad Regional de Granada que la Diputación aprobó el 19 de febrero de 1924, aprobadas poco después de su muerte.
Porque como se acaba de decir, el General Primo de Rivera habíase pronunciado militarmente, abriendo con ello, por sus primeras manifestaciones vertidas al Heraldo de Madrid, la carrera del regionalismo histórico como fórmula, después silenciada, de acabar con los separatismos catalán y vasco tan pujantes en la época.
viendo la oportunidad, impulsó la idea regionalista de Granada, hasta el momento mismo de su muerte
Sus contundentes manifestaciones políticas iniciáticas fueron entendidas por Maurell en clave territorial de modo que, viendo la oportunidad, impulsó la idea regionalista de Granada, hasta el momento mismo de su muerte.
Sus obras
Sus intervenciones y conferencias, así como también los escritos de difusión sobre los movimientos liberales, el internacionalismo proletario, el sexenio revolucionario, la primera república, el cantón independiente, los movimientos obreros, el socialismo, fueron muy numerosos.
Creaciones como la entidad “La Obra”, el abastecimiento de aguas a la ciudad —en esto cabe señalar que fue como ingeniero, quien hizo posible el abastecimiento de aguas a las ciudades de Londres y Madrid—, la participación decisiva en la fundación de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Granada en 1892 —institución para la que redactó los estatutos que revelan en buena medida la dimensión de su pensamiento social y el origen laboral de la institución hoy tristemente desaparecida—, la utilización de la prensa escrita local como vehículo de expresión y formación política y un largo listado de actuaciones vinculadas a su particular figura, son contribuciones de Maurell a una Granada y a una época que en buena medida fue comandada en muchos aspectos, desde casi el anonimato, por él.
Su genio y, cómo no, el de muchos de sus correligionarios dignos de toda mención y elogio, pero entre los Maurell que fue sin lugar a dudas el más sobresaliente, modelaron importantes páginas de la crónica de nuestra particular historia local y regional, que como apunté al principio de este artículo, aún está por descubrir y leer en su auténtica dimensión sociopolítica.
Figura para reivindicar
Poco, o prácticamente nada es lo que esbozamos ahora en HG con ocasión del primer centenario de su muerte, pero que, sin embargo, es muestra suficiente como para afirmar que Ramón Maurell y López debe ser considerado como una de las grandes figuras de aquella comunidad que pretendió ser el germen del pensamiento político contemporáneo. Granada y Maurell: una ciudad y un personaje, unidos por una historia particular aún pendiente de reivindicar.
es muestra suficiente como para afirmar que Ramón Maurell y López debe ser considerado como una de las grandes figuras de aquella comunidad que pretendió ser el germen del pensamiento político
Ramón Maurell nació en Granada 1844 y murió tras una vida azarosa colmada de anécdotas el 17 de diciembre de 1923, en la ciudad que le alumbró, de la que es “insigne hijo olvidado”.