Hacia 1831 la viuda granadina Teresa de Acosta funda en Granada una casa de banca, cuando no consta que existiera en el entonces Reino de Granada (1) otra en funcionamiento. Probablemente sea la primera mujer banquera de España de la que tenemos noticias, la que puso el germen de la banca Rodríguez-Acosta que perduró más de un siglo.
Teresa de Acosta, Viuda de Rodríguez
Si algún granadino confiado intentara averiguar en Internet quién fue la primera mujer banquera española, los buscadores le dirán que la leonesa Catalina Fernández Llamazares, que en 1834, al quedarse viuda, pasó a gestionar el negocio del difunto marido, la Casa de Banca Salinas. Y es más, comprobará que lo aseveran los archivos de la Junta de Castilla y León; el nombre de la leonesa será replicado por la Wikipedia y la prensa especializada, como Expansión.
Sin embargo, al menos tres años antes, hacia 1831, la granadina Teresa de Acosta inició en la ciudad de la Alhambra su negocio bancario, Viuda de Rodríguez. Fue el germen de la banca Rodríguez-Acosta que perduró hasta 1946 en que fue vendida por sus descendientes al Banco Central.
Teresa de Acosta Toro y González (Granada, 1777-1851) era hija de Miguel de Acosta López González y Cuevas y de María Josefa Toro. En 1808 Teresa contrajo matrimonio con José María Rodríguez Sancho, con quien fue madre de dos hijos, José María y Micaela.
Los Acosta eran de origen portugués, establecidos en Granada en el siglo XVII, y los Rodríguez comerciantes asturianos llegados a Loja en el siglo XV para ejercer el alquiler de caballerías; posteriormente los Rodríguez, ya en la capital, estuvieron al frente de un comercio de cordelería donde en el siglo XVIII admitían depósitos de particulares y pagaban interés por ellos, no eran pues ajenos a los asuntos financieros.
Ya viuda, José María había fallecido en 1824, y con un capital de unos 200.000 reales aproximadamente, Teresa de Acosta fundó Viuda de Rodríguez, una casa de comisiones, giros y transferencias para medio de pago del comercio.
Lamentablemente no constan los primeros documentos y diarios de la actividad bancaria de los Acosta, pero los expertos calculan que debía remontarse al menos a 1831. De hecho, sus biógrafos creen que Teresa pudo adquirir otro negocio bancario granadino, el de José Siqués y José Vergés Comisionistas, entre 1830 y 1831.
La historia de Teresa de Acosta y la historia de la región de Granada
Tendemos a mitificar la Historia con mayúsculas, la de reyes y estadistas, cuando la intrahistoria, la de la vida cotidiana, es igual o más importante. Los datos de Viuda de Rodríguez son verdaderamente interesantes y reveladores.
Entre 1840 y 1842 se efectuaron desde Granada a través de Viuda de Rodríguez más de dos mil transferencias por más de veinte millones de reales, de las cuales aproximadamente el 70% se hicieron a ciudades de la región de Granada –el sureste: las actuales provincias de Málaga, Granada, Jaén, Almería–, el 20% al resto de España y solo el 10% a ciudades de Andalucía –entendiendo por esta las actuales provincias de Sevilla, Córdoba, Huelva, Cádiz–.
De las casi mil quinientas transferencias recibidas por casi treinta millones de reales, el 80% procedían de la región de Granada, el 13% del resto de España y solo el 7% de Andalucía. Los expertos indican, según los cálculos, que la situación era favorable para Granada en casi cinco millones de reales durante la etapa estudiada.
Unas comisiones se deducían del dinero a transferir y otras se pagaban en efectivo por caja. Mediante convenios entre banqueros de distintas ciudades, abrían mutuamente un crédito en cuenta corriente en la que abonaban y cargaban las operaciones a diario y que una vez al año o al semestre se liquidaban. Las diferencias se saldaban en efectivo o con un nuevo crédito en cuenta corriente.
Viuda de Rodríguez fue, a decir de los expertos, una de las entidades de su tiempo con más garantía en el Sur de España, pues sus usuarios, no solo de Granada, sino de Jaén, Almería, Málaga, de Andalucía y de otras partes de la península, realizaban sus transferencias desde Granada a toda España (2).
Incluso en 1844 Viuda de Rodríguez fue depositaria de la Universidad de Granada. La casa de comisiones, giros y transferencias recibía los fondos de la Administración, cobraba los derechos de examen y expedición de títulos, pagaba los sueldos de los profesores y hacía frente a los gastos de la universidad; lo que justificaba a la Centralización de los Fondos de Instrucción Pública. Aquello duró hasta 1847 pues con la creación de los Comisionados del Tesoro en cada provincia encargados de las operaciones económicas del Estado, Viuda de Rodríguez se retiró de la UGR.
A la muerte de Teresa en 1851 su capital ascendía a más de cuatrocientos mil reales, era titular de fincas urbanas y rústicas y también de propiedades mineras.
A algunas de las cuales había accedido a través de un procedimiento bancario normal en el XIX, el pacto de retroventa, que permitía entrar en posesión de la finca en el momento de formalizar el préstamo, retrayendo la venta si se pagaba la deuda en el plazo convenido.
Su hijo varón fue quien gestionó, tras el fallecimiento de Teresa, Viuda de Rodríguez, solo que lo hizo ya bajo su propio nombre: José María Rodríguez Acosta.
Notas al pié
- [1] Hasta 1833 no se produjo la división territorial de España en provincias.
- [2] Creemos que este hecho puede tener también otra interpretación: la importancia que todavía concedían los ciudadanos, tras la división territorial de Javier de Burgos en 1833, a la antigua organización territorial y al Reino de Granada, y que les resultara natural a malagueños, jienenses y almerienses operar económicamente desde la que había sido hasta hacía bien poco la capital de su región, que perduró una vez derogada la división de 1833, hasta la Segunda República. Si bien administrativamente se mantuvo hasta los años setenta en numerosas cuestiones.