ARTE versus VANDALISMO

Ni todo el grafiti es arte, ni todo es vandalismo. De esta tensión entre el derecho a la expresión del artista y la necesidad de conservar el patrimonio para legarlo a nuestros descendientes, deberían nacer iniciativas públicas de promoción del arte urbano en espacios indicados, que salvaguarden los monumentos y los barrios históricos.

Graffiti, pintadas y vandalismo

Dice la Real Academia Española que un ‘grafiti’ (del italiano “graffiti”) es “una firma, texto o composición pictórica realizados generalmente sin autorización en lugares públicos, sobre una pared u otra superficie resistente”. Su origen está en el ‘grafito’ (del italiano” graffito”), el “escrito o dibujo hecho a mano por los antiguos en los monumentos”.

Existe constancia de dicha actividad desde la más remota Antigüedad. Las paredes de Pompeya no son el único ejemplo. Este mundo de artistas callejeros ha inspirado películas, documentales, libros de arte, incluso novelas, como la de Arturo Pérez Reverte “El francotirador paciente” (2013) y, a pesar de eso, todavía se discute si es arte o vandalismo.

Al final de los años sesenta los jóvenes de los barrios degradados de Nueva York expresaban en las paredes su desencanto, su frustración con una sociedad que los marginaba, pero fue en los ochenta y en el mismo lugar donde este arte urbano eclosionó.

Ejemplos de grafiti como arte

Entre estos, el neoexpresionista Jean-Michel Basquiat (1960-1988) alcanzó el éxito como pintor. El activista Keith Haring (1958-1990) abrió su propia tienda para vender su obra y el diseñador Frank Shepard Fairey, “Obey” (1970) creó un retrato icónico de Obama usado para su campaña presidencial. En Europa, el parisino Xavier Prou o “Blek le Rat” (1950) inspiró al artista inglés, mundialmente conocido, Robbie Banks, “Banksy” (c. 1970).

Actualmente son numerosos los murales de artistas que han embellecido edificios y, por ende, barrios degradados en Nápoles.

En Lyon, Francia, es destacable la transformación de diversos espacios vacíos en obras de arte de estilo costumbrista que representan escenas cotidianas, ahora transformadas en lugares de un atractivo turístico sin par.

Málaga, Lugo o La Coruña, son también ciudades que se apuntan a esa tendencia.

Y en Granada…

En Granada contamos con excelentes artistas, algunos muy conocidos, y murales destacables.

Muro decorado con elementos de la naturaleza en Píñar (Granada). Foto HG

Más vandalismo que arte urbano…

Sin embargo, y por desgracia, contamos con más ejemplos de vandalismo que de arte urbano.

Callejón de Santo Domingo. Vídeo de HG
Paseo Hermanos Costaleros, junto al Genil. Foto HG
Puente del Paseo Fuente de la Bicha, junto al Genil. Foto HG
Placeta Atalaya, junto al Genil. Foto HG

Arte versus vandalismo: propuestas

Creemos que la función de este arte es social y su papel la reivindicación y la protesta, pero también el placer estético, el enriquecimiento espiritual y la satisfacción personal de quien lo crea y lo contempla.

Por ello pensamos que se deben acotar los espacios para que se desarrolle esta labor sin destruir ni degradar la ciudad. Hay tapias, paredones, vallas y fachadas que parecen más propias de cárceles que de calles céntricas, viviendas, institutos o colegios, que necesitan que un artista los reviva.

Por el contrario nos parece perjudicial que cualquiera pueda empuñar un spray como si fuera una Magnum 500 de S&W, porque sobre una iglesia, un puente o una catedral causa los mismos irreparables daños que este arma sobre un cuerpo humano.

Granada necesita:

un plan eficaz de gestión del arte urbano, para su desarrollo en armonía con la ciudad y los derechos de sus habitantes presentes y futuros.

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