EL SIGUIENTE CAPÍTULO DEL SHOW DE LAS ELECCIONES LOCALES QUE SE NOS AVECINAN, ES EL DE LA CONFORMACIÓN DE LAS LISTAS DE LOS CANDIDATOS. SERÁ EL MOMENTO DE LOS PARACAIDISTAS Y HASTA DE LOS CUNEROS. ESPECÍMENES POLÍTICOS DEMASIADO USUALES EN NUESTRO SISTEMA, EN EL QUE LOS ELECTORES NO ELIGEN A SUS REPRESENTANTES, SINO QUE VOTAN A LAS LISTAS IDEADAS POR LOS PARTIDOS.
CELSO COSTA
Abogado
Los paracaidistas y los cuneros son demasiado habituales en el sistema español. Son una amenaza para la representatividad y la legitimidad de la democracia.
“Es responsabilidad de los ciudadanos y los partidos políticos trabajar juntos para prevenir, en la medida de las posibilidades, su elección y promover la participación ciudadana en la vida política”,
como escribiera José Ortega y Gasset en las cartas que dirigiera a uno de los grandes exponentes del cunerismo patrio, el granadino, Melchor Fernández Almagro.
Paracaidistas
Los paracaidistas políticos son individuos que, con o sin experiencia previa en el ámbito político, son incluidos en candidaturas para determinados cargos públicos. A menudo saltando desde posiciones que no guardan relación con los cargos públicos que pretenden alcanzar.
Estos individuos son lógicamente vistos como oportunistas, ya que utilizan la política como un trampolín para su carrera profesional o para su beneficio personal. La mayoría de las veces son contemplados como una afrenta, incluso como un insulto, para los votantes locales, que pueden llegar a sentirse resentidos por la llegada de un extraño que solo busca aprovecharse de la política. Los votantes deben ser conscientes de estos desafíos y asegurarse de que un candidato tenga el mejor interés de la comunidad en mente antes de apoyar su candidatura, como expuso Miguel de Unamuno, porque los unos y los otros —dijo refiriéndose a los diputados paracaidistas—, suelen traer consecuencias negativas para la gestión al carecer de una auténtica lealtad ideológica.
Cuneros
Los candidatos cuneros, conforman un histórico fenómeno político, por el que ciertos cargos son elegidos en una circunscripción electoral con la que tienen poca o nula vinculación, y por la que, una vez en el cargo, tienen aún menos interés en representar los intereses de sus electores. En lugar de eso, se dedican a aprovechar su posición para obtener beneficios personales o partidistas. De puntualizar es que etimológicamente la palabra «cunero» viene del término «cuna», que hace referencia al lugar de nacimiento de una persona, pero que en el contexto político electoral, viene a significar radicalmente lo contrario. Es cunero aquel candidato que se presenta por una circunscripción electoral en la que no vive y con la que no tiene vínculos significativos —un ámbito territorial que en algunos casos ni siquiera visitarán, ni durante la campaña electoral, ni después de ser elegidos, dedicándose a hacer política en otra parte—.
En Granada
Las listas al Ayuntamiento de Granada por los distintos partidos acogerán con toda probabilidad a algunos “meritorios” paracas y cuneros. Ya sabemos de algunos. Se colarán dentro de las listas independientemente de su carácter y del modo de conformación de la candidatura. Dará igual que las listas sean continuistas o novedosas. Allí estarán presentes estos candidatos trufándolas y distorsionándolas.
En las listas continuistas, como la del PSOE de la capital provincial, que ha optado por mantener a “los hombres de Paco” —hombres y mujeres, claro está—, en la que repite prácticamente su equipo actual. Solo han causado baja Miguel Fernández Madrid, por petición propia, y Sandra Rodríguez Salas. Las incorporaciones son poco atractivas, más bien llamativas, al estilo paraca y al gusto de las puertas giratorias. Es el caso de las incorporaciones de Joan Carles March y de Eva Fernández, provenientes de otros espacios de gestión político-administrativa, como lo son la Escuela Andaluza de Salud Pública y el Palacio de Congresos.
La novedosa lista del PP, que aún no se conoce en plenitud, pero que las noticias que sobre ella se tienen ya la hacen poco conmovedora en sentido positivo, será capitaneada por una gran paracaidista y cunera —aquí se aúnan las dos naturalezas—, la consejera de Valladolid, afincada en Sevilla y autoproclamada alcaldesa sin haber pasado aún por las urnas, Marifrán Carazo. Para acompañarla suenan nombres de hombres llamativos, también de mujeres, aunque de féminas no deben andar muy sobrados en el partido de la gaviota, dado que de manera turuta andan preguntando por féminas de alto perfil a las que invitar a ser incluidas en la lista para maquillarla y arropar a la “supercandidata”, venida in illo tempore de tierras castellanas, deo gratias, para salvar a nuestra ciudad de la zozobra.
Las otras listas
En la izquierda, Podemos e Izquierda Unida, repiten Elisa Cabrerizo, que merece una buena calificación por su perfil profesional y personal. Y también, Paco Puentedura, un honesto profesional de la política que conoce los entresijos municipales, lo que no es poco en el contexto actual, que en modo alguno puede calificarse de paraca o de cunero, pero sí y en su caso de continuista. Del resto de los integrantes de las listas rojas y moradas, nada que decir porque aún no se conocen.
Sobre Ciudadanos sabemos de sus dificultades de toda índole para conformar una lista de cara a los comicios. Solo se conoce que Conchi Insúa capitanea el buque a la deriva que parece ser el partido naranja. Corren rumores, runrunes sobre alianzas, proyectos y cuestiones llamativas que ya se verán, pero pintan bastos para la que fuera la organización del primer alcalde del actual mandato que agotará su ciclo el próximo 28-M.
¿Y JxG?
Y de Juntos por Granada, seguimos a la espera de la decisión final que lo coloque en el casillero de salida. Siguen desojando la margarita. Enrolados en la noble gesta de defender a Granada en el Tribunal Supremo frente a la arbitrariedad del Gobierno de sisarnos la AESIA, son muchos los ciudadanos que esperan que definitivamente den el paso adelante necesario y conformen una lista para la ciudad, en la que, por definición, y a buen seguro, los paracaidistas y los cuneros, no deben tener cabida. Pero ya veremos…
