El 29 de noviembre de 1898, España perdió a uno de sus pensadores más brillantes, Ángel Ganivet García, en una tragedia que conmovió a la nación.
REDACCIÓN HG
La muerte del pensador ocurrió en Riga, Letonia, donde se encontraba sirviendo como cónsul de España. Aunque su vida fue corta como ya conocemos, Ganivet dejó una profunda huella en la literatura y el pensamiento español.
Identidad cultural
Ganivet, que nació en Granada en 1865 y a lo largo de su vida, destacó como escritor, ensayista, diplomático y pensador, y con su obra vino a marcar una senda en el pensamiento finisecular y que influyó en el siguiente siglo el XX. Su obra «El Idearium Español» y su libro «Granada la Bella» lo catapultaron a la fama como un intelectual comprometido con la reflexión sobre la identidad española y la cultura. El resto de su obra, también, pero acaso, estas dos obras fueron, y son, demostrativas, de una reflexión intelectual sobre lo general y lo particular, del ser español. Desde su patria chica, hasta su gran patria. En la defensa de lo bueno de lo genuino y la necesidad de transformación de lo que no lo es.
Su destino se truncó de manera trágica cuando a los 33 años se arrojó al río Dvina. Las razones detrás de su suicidio han sido objeto de especulación a lo largo de los años. Se ha sugerido que Ganivet estaba lidiando con problemas personales y profesionales, así como con una profunda sensación de soledad y desesperación.
Las razones detrás de su suicidio han sido objeto de especulación a lo largo de los años
Incluso su continuo desengaño amoroso con Amelia Roldán, la mujer de la que estaba enamorado, con un amor doliente que lo hacía sufrir. Sin embargo, no ha faltado quién apuntase que la autolisis era una variable presente en su vida y en su familia.
Conmoción
La noticia de su muerte conmocionó a España y sus contemporáneos, quienes lamentaron la pérdida de un talento tan prometedor. Su legado perdura en su obra, que sigue siendo objeto de estudio y admiración en la actualidad. Y que hoy día cobra una inesperada intensidad y seguimiento intelectual.
El suicidio de Ángel Ganivet es también un recordatorio de la fragilidad de la condición humana y para la reflexión intelectual. Porque, junto a la tristeza de su muerte, su prematura desaparición dejó un eco en la historia de la literatura y el pensamiento español.
Su contribución a la reflexión sobre la identidad y la cultura española sigue siendo relevante en la actualidad.