Fernando el católico formalizó una alianza con enrique VII de inglaterra, cerrándola con la boda de catalina con el príncipe de gales, arturo.
Redacción HG
Catalina de Aragón es más conocida por haber sido la primera esposa de Enrique VIII y reina de Inglaterra durante más de 20 años. Nacida en 1485 en Alcalá de Henares, era la hija menor de los Reyes Católicos de España, Fernando II de Aragón y Isabel I de Castilla, y tan desventurada como casi todos ellos, teniendo que vivir lejos de España, y los últimos años de su vida (al igual que su hermana Juana) como prisionera de Estado. Catalina fue la primera infanta española en casarse con un monarca inglés.
En su infancia le tocó vivir en la Corte itinerante de sus padres, presenciando hechos de primera magnitud, como la Conquista de Granada (1492), o el regreso de Colón después de su descubrimiento de América (jornadas de Barcelona de 1493).
Catalina y Granada están estrechamente vinculadas
Su formación fue la propia de quien estaba destinada a reinar en uno de los tronos de la Europa Occidental, al igual que sus otras tres hermanas: Isabel, Juana y María; pues Isabel la Católica preparó a sus hijas para futuras reinas, queriendo que fueran las mejores embajadoras de España. De ese modo, la corriente humanista entró en la Corte y Catalina, como sus hermanas, tuvo preceptores italianos, tan notables, como Lucio Marineo Sículo, Pedro Mártir de Anglería y los hermanos Geraldini, de los cuales el menor, Alexandro, le acompañará como su confesor en Inglaterra.
En esa itinerancia llegó a Granada para vivir en la Alhambra. Su padre, Fernando el Católico, ansioso por cerrar un frente diplomático contra Francia, en esos comienzos del siglo XVI en los que se decidirá la suerte de Nápoles, formalizó una alianza con Enrique VII de Inglaterra, cerrándola con la boda de Catalina con el príncipe de Gales, Arturo. Estaban entonces los Reyes en Granada enfrascados en sofocar la rebelión morisca de finales del XV y principios del XVI, lo que les obligó a dejar salir a Catalina de la Corte instalada en la Alhambra, con un numeroso séquito, sin la compañía de su madre, la reina Isabel, como se había hecho con Juana, cinco años antes. De ese modo Catalina atravesó España en el verano de 1501, desde Granada hasta Galicia para embarcar en La Coruña con destino a Inglaterra.
Su vida en Granada, la última ciudad conquistada al islam en la Península, y su residencia en la Alhambra marcaron toda su existencia. Se sintió siempre granadina y adoptó la fruta de la granada como distintivo para su personal escudo heráldico, que muestra una granada coronada con corona imperial. También, Catalina, tras la muerte de su madre en 1504 expresó su deseo de que parte de sí reposara tras su futuro fallecimiento junto a su madre, enterrada provisionalmente, hasta su traslado definitivo a la Capilla Real de los Santos Juanes, en el palacio de los Infantes en la Alhambra.
Catalina de Aragón y Granada están estrechamente vinculadas, ambas son figuras importantes en la historia de España y han dejado una huella duradera en la cultura y la historia.