QUEREMOS IRNOS

LAS PROCLAMAS «GRANADA ME DUELE» Y «GRANADA, SI QUIERE, PUEDE» QUE ALGÚN LOBBIE TRATA DE IMPLANTAR AHORA CON NOTABLE RETRASO, REFLEJAN RESIGNACIÓN Y CONFORMISMO. RECHAZAMOS ESTAS POSTURAS Y ABOGAMOS POR UNA GRANADA ACTIVA Y COMBATIVA, QUE EXIJA JUSTICIA Y EQUIDAD. NO NOS RESIGNAMOS; LUCHAMOS POR NUESTRO LUGAR LEGÍTIMO, RECONOCIENDO NUESTRA HISTORIA Y POTENCIAL SIN LAMENTOS NI PROMESAS VACÍAS.

Región Histórica

La centralización política concentra el poder y los recursos en una sola entidad, a menudo en detrimento de los territorios históricos. Esto puede generar desequilibrios económicos, reducir la representación local y erosionar la identidad cultural, provocando un sentimiento de marginación y limitando el desarrollo equitativo de todas las regiones afectadas, que es necesario corregir si se cree en la democracia y en el propio Estado.

En nuestro caso concreto, tras más de cuatro décadas desde la constitución de la Junta de Andalucía, desde Granada y su Región Histórica, se han manifestado repetidamente, con más intensidad en las dos últimas décadas, distintas protestas y reivindicaciones frente a la actual autonomía andaluza.

Granada acusa por motivos sobrados a la centralización administrativa en Sevilla de haberla marginado como región, afectando negativamente su desarrollo económico y social, y por supuesto político.

Entre las principales demandas se encuentran una mayor inversión en infraestructuras, una descentralización efectiva inexistente en la que debería basarse una verdadera comunidad autónoma, más la andaluza que fue ideada políticamente, que permita una mejor gestión de los recursos, la afirmación política de Granada como territorio que siempre existió, amén de un reconocimiento más equitativo de su patrimonio histórico y cultural, y el respeto por sus instituciones, que han sido eliminadas una tras otra, o trasladadas sin ningún tipo de escrúpulos a Sevilla.

Al hilo de ello, ya no se trata sólo de que Granada solicite una mejor redistribución, más justa y sincera, de los fondos autonómicos para fomentar su crecimiento, la creación de empleo y mejora de su desarrollo, sino además de una representación política más equilibrada en las decisiones que le afectan mientras permanezca en la comunidad andaluza, y que seamos preguntados correctamente y sin trampas como las que se sufrieron en 1980, si deseamos continuar en esta Andalucía creada y asentada en buena medida sobre la eliminación conceptual de Granada y su Región Histórica.

La percepción y la realidad de que Sevilla acapara los beneficios y las inversiones ha generado un creciente descontento en la población granadina, que busca recuperar su protagonismo histórico y asegurarse un futuro próspero mejor fuera de Andalucía.

La creciente insatisfacción de los granadinos con su inclusión en la comunidad autónoma de Andalucía ha dado lugar a un movimiento que demanda la creación de una comunidad autónoma propia para el Reino de Granada.

Los que desde siempre estuvimos en ello argumentamos con razones sobradas que la actual configuración autonómica, establecida en 1980 mediante un referéndum manipulado y falseado, no refleja adecuadamente nuestra identidad histórica ni nuestras necesidades específicas.

La obligación del Estado español —ahora que se empieza a vislumbrar la necesidad de una correcta reordenación territorial—, radica en una reparación histórica que reconozca y respete la singularidad del Reino de Granada, permitiéndole acceder a su autonomía fuera de Andalucía.

la obligación del Estado español radica en una reparación histórica que reconozca y respete la singularidad del Reino de Granada, permitiéndole acceder a su autonomía fuera de Andalucía

Esto no solo atendería una deuda histórica, sino que también fomentaría un desarrollo más equilibrado y justo, alineado con los intereses y la identidad cultural de los granadinos. La creación de una comunidad autónoma del Reino de Granada es un paso necesario para corregir los errores del pasado y garantizar un futuro en el que nuestra tierra pueda prosperar y gestionar nuestros propios asuntos de manera más efectiva y representativa que lo hasta ahora visto y sufrido.

Con estas reivindicaciones no solo buscamos corregir desequilibrios actuales, sino también honrar el legado de Granada como una región con una rica historia y un potencial significativo que merece ser plenamente reconocido y desarrollado.

La respuesta a estas demandas será crucial para el futuro de la cohesión y el bienestar del propio Estado. Atendamos lo que está sucediendo en León. Granada debe ir por el mismo camino. Ya lo hemos escrito en otras ocasiones y seguiremos diciéndolo, la Constitución española de 1978, la historia y el derecho lo amparan.

¡Queremos irnos! Salirnos de este engendro autonómico falso y manipulado. Así de simple y así de fácil

¿Qué es lo que no se entiende?

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César Girón

César Girón es granadino, nacido y criado en el Paseo de los Tristes, a los pies de la Alhambra. Se licenció en Derecho en la Universidad de Granada, donde tiene previsto doctorarse en breve con la tesis Aspectos administrativos de una nueva organización territorial del estado de las autonomías.

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5 respuestas

  1. Granada está, que ramos o no, dentro de Andalucía, la falta de liderazgo e influencia es responsabilidad de nuestros políticos e incluso de nosotros mismos.
    Málaga y Almería han progresado mucho y no quieren cuentas con un hipotético reino de Granada.
    Creo que deberíamos centrarnos en potenciar la Andalucía Mediterránea aunando esfuerzos e iniciativas.

    1. Si difícil es aunar la voluntad de la ciudadanía de una sola provincia…. cuan difícil no será la voluntad de la Andalucía Mediterránea?
      Creo que el camino ha de empezar entre los ciudadanos de la provincia de Granada. Luego ya se verá si alguna otra provincia piensa lo mismo…

  2. ¿ Dónde hay que firmar?
    Granada, más que a muchos les pese y pretendan negarla o ningunearla, NO es Andalucia.

  3. Granada no puede ni debe permanecer por más tiempo en un parlamento autonómico situado a CIENTOS DE KILÓMETROS, y adonde se están llevando todas nuestras Instituciones.
    El GranadExit no es ningún capricho, es una cuestión de SUPERVIVENCIA.

  4. Vamos a ello. Pero hay que diseñar un olan directriz para movilizar a la adormecida ciudadanía granadina. Nos tienen que ver, escuchar y sentir

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